Cuando una persona cinéfila piensa en naranjas, probablemente recuerde la película “La Naranja Mecánica” (1971), dirigida por Stanley Kubrick). La serie estadounidense “Orange is the New Black” (2013), dirigida por Jenji Kohan, o la trilogía de Francis Ford Coppola, “El Padrino” (1972, 1974, 1990) con la premonición oculta que arrastra este cítrico en el film.
Pero si nos trasladamos a la actualidad, mi recomendación es que se envuelvan con “Blackout” (Apagón), una miniserie post apocalíptica alemana de 6 capítulos de 45 minutos cada uno que fue creada y basada en el libro homónimo de Marc Elsberg, que da cuenta de un repentino gran apagón que deja al continente europeo sin electricidad y en la más absoluta oscuridad. Este drama detectivesco nos muestra un escenario catastrófico, donde, a raíz de la detención de todo el sistema eléctrico, se generan fallas comunicacionales, sanitarias y de transporte, provocando en solo un par de días, una escasez de gasolina, calefacción, agua y alimentos, lo que lleva vertiginosamente al colapso de la sociedad, a la pérdida de valores morales, la desesperación y la potencial muerte de miles y hasta millones de personas.
La entrega protagonizada por el actor alemán Moritz Bleibtreu quien también participó en la película “Guerra mundial Z” (2013), interpreta a un informático repartidor de pizza llamado Pierre Manzano que descubre el ataque a los contadores de luz y, cuando intenta avisar a las autoridades, es detenido como sospechoso. Junto a él aparece Frauke Michelsen (Marie Leuenberger. “Pájaros enjaulados” (2022), quien interpreta a una funcionaria de gobierno que vive su propio horror con la desaparición de sus hijas, mientras enfrenta sus responsabilidades frente a Cultura las autoridades, los políticos y a millones de personas que dependen de sus decisiones.
Si bien, por un lado, el autor del bestseller realizó una sólida investigación que sustenta cómo la simple manipulación de los medidores inteligentes podría ser fatal para nuestras sociedades modernas, y, por otro, la premisa de la serie es prometedora para un entretenido thriller de ficción; el relato tiene tramas que se presentan más débiles. Un final que no cierra o lo hace débilmente con algunas de las promesas que el guión televisivo nos propone.
Sin embargo, lo latente, lo creíble y lo cercano de un colapso social que nos devuelva a la Edad Media (pero sin zombies) y que refleje ese miedo de experimentar grandes disturbios como los que a diario nos acercan los noticiarios. Esta miniserie logra atrapar y sin duda nos harán maratonear por el streaming de HBO Max mientras aún tengamos luz, una conexión a internet y comida fresca en la nevera.
Una vez que terminé de ver la serie, y sin querer parecer paranoico por pensar en potenciales desequilibrios sociales, decidí montar un huerto ecológico en la terraza de mi departamento. Puse algunas hierbas, verduras y hortalizas, donde las plantas cítricas y las naranjas tendrán un rol preponderante. Si bien en la propuesta audiovisual de “El Padrino” se utilizaron las naranjas para dar una nota de color alegre y brillante frente a las escenas oscuras del filme, también estos cítricos llegaron a ser premonitorios y simbólicos de los peligros que se les acercaban a los Corleone. Ahora me toca a mi ver que tan premonitorias pueden ser las naranjas para el futuro.