Se autodenomina “hacedora” y es una convencida de que hasta los peores momentos ofrecen oportunidades. Así se podría definir en pocas palabras a Sally Bendersky, ingeniera civil químico de la Universidad de Chile y primera mujer presidenta del Directorio de la Empresa Portuaria San Antonio -desde su creación en 1998-, cargo que asumió en mayo de este año a través del Sistema de Empresas Públicas (SEP). Mirada que también es parte de su esencia como coach ontológico certificado por The Newfield Group hace más de 30 años. “Descubrí que el coaching existe para ayudar a las personas a desarrollar su máximo potencial en cualquier campo de la acción humana que se propongan”, dice.
También se reconoce apasionada por el liderazgo, que la ha acompañado en su larga y exitosa trayectoria profesional como directora ejecutiva de Intec-Chile, embajadora de Chile en Israel y jefa de la División de Educación Superior del Ministerio de Educación, entre muchos otros relevantes puestos. “Lo que hago, lo hago con pasión. Para mí, el trabajo es una fuente de realización. Por eso mi marido me dice que doy gusto, que estoy mucho más contenta con este nuevo rol”, cuenta desde su oficina, haciendo referencia a quien la acompaña hace 35 años, y con quien tiene 4 hijos y 6 nietos -los tuyos y los míos- como reconoce.
Su quinto hijo podría ser su best seller internacional “The Novel Entrepreneur: A Heart-Centered Path for Fulfillment” (2017), en donde entrega herramientas a gerentes generales y altos ejecutivos para tener conversaciones efectivas y convertirse en líderes poderosos. Además, es dueña de la empresa New Leadership, la que actualmente tiene congelada, para dedicarse 100% al desafío asumido hace tres meses, donde quiere contribuir al bienestar de las personas, el trabajo en equipo y, por supuesto, poner los pilares del Puerto de San Antonio del 2040.
Hace unos meses asumiste la presidencia del Directorio del Puerto de San Antonio. ¿Cuáles son los principales desafíos que vislumbras?
Si bien los desafíos son bastantes, lo primero que quiero hacer es avanzar más rápidamente en el proyecto estratégico en el que se ha estado trabajando los últimos cuatro años, que es cambiar la capacidad de carga y descarga, y cambiar completamente el mapa logístico terrestre. Si bien somos portuarios, los desafíos más importantes al día de hoy son terrestres, no marítimos. Y todo confluye en una cadena logística. Si bien esto se seguirá desarrollando posterior a mi periodo, quiero velar para que las licitaciones necesarias se hayan hecho, que los acuerdos necesarios se hayan tomado, entre otros. Lo otro tiene más que ver con mi coaching y es generar una estructura, una relación entre las personas de esta empresa con su entorno, completamente distinta a la que existe hoy en día. Con una mirada hacia el futuro, que les permita reconocerse como persona, no como ingeniero, como abogado, sino que como personas vibrantes con cuerpo, emociones y cabeza, las tres cosas coexisten bien cuando hay una zona de coherencia. Entonces, lo que busco es que nos acerquemos para movernos en esa zona de coherencia entre todos, quiero que convivamos, que lo pasemos bien, que sintamos que estamos contribuyendo, que entendamos que hay que aprender a trabajar en equipo, a convivir y generar liderazgos. Porque hoy hay jefaturas, pero no liderazgos.
¿Crees que esa forma de ver el liderazgo es una mirada más femenina? ¿O es una tendencia de liderazgo que se está dando actualmente?
Son las dos cosas; por un lado, hay más líderes mujeres en el mundo y, por otro lado, ya se ven las virtudes de que haya mujeres en un modelo en el que conviene que no haya puros hombres. Pues está comprobado que las mujeres son más productivas para las empresas. Si bien el objetivo de la empresa pública no es ganar dinero, al contrario, nosotros queremos que el precio a los consumidores finales sea lo más barato posible, porque ese es el rol de una empresa pública, aunque sigue siendo una empresa, y tiene que funcionar con liderazgo, con productividad, con entusiasmo, con indicadores de resultados, entre otros.
El Puerto de San Antonio declara que quiere “gestionar como autoridad portuaria en forma eficiente y sostenible la infraestructura a su cargo, creando valor al comercio exterior, cuidando el entorno urbano y medioambiental” ¿Cómo se gestionan tantos factores importantes cuando hay un escenario de tanta incertidumbre?
Tengo un curso llamado “Liderazgo poderoso en tiempos inciertos”. Acá, yo quiero llegar a ser un liderazgo poderoso en tiempos inciertos y, además, generar otros liderazgos poderosos en tiempos inciertos. Es muy complejo lo que hay que juntar, hay que hacer un malabarismo de muchas capas, casi como las composiciones de Bach, quien es considerado un genio, porque en su polifonía puso más niveles de los que se creía posible para un ser humano. Bueno, hay muchas cosas que conciliar al mismo tiempo. ¿Y qué es lo que te permite trabajar en la incertidumbre? Formular un poderoso propósito que te apasione. En mi caso, seguramente es uno de los últimos trabajos ya importantes en Chile en un marco de mucha incertidumbre en todos los niveles: político, social, ambiental, urbano, respecto de las fuerzas de la naturaleza, entre otros. Entonces, el modelo que desarrollé es lo que me permite funcionar con mucha alegría y pasión ante la incertidumbre. Cada vez que tengo que tomar una decisión y no sé qué hacer, me pregunto: ¿me sirve para avanzar hacia mi propósito tomar esta decisión, o no?
“Cada vez que tengo que tomar una decisión y no sé qué hacer, me pregunto: ¿me sirve para avanzar hacia mi propósito tomar esta decisión, o no?”.
¿Y cómo contagias ese propósito a quienes están en la incertidumbre? Proveedores, inversionistas, colaboradores…
Lo primero, cuando interactúo con alguien, es escucharlo profundamente. Y desde mi escuchar, acordarme de mi propósito y entender el propósito de ese otro, para así lograr encontrar un frente común. A partir de ahí, por la experticia que tengo por el coaching, hacer un diseño de las conversaciones. En la empresa hay varios desafíos en esta línea, ya que los acuerdos y el escuchar son esencia[1]les en este sector. Nuestro directorio lleva solo unos meses y estamos aún en proceso de formar nuestros equipos de trabajo. Aún nos falta.
“Mi trabajo lo empecé dos meses antes que otros directorios, con el fin de conocer el plan detallado, coordinado con todos los actores de la fruta. Estamos revisando en qué estamos débiles, para poder tomar las medidas. En la actualidad hay atochamiento y todavía no está instalado el sistema ferroviario, entonces hay que tener clarísimo cómo vamos a operar”.
¿Cuál es su mirada de la industria y del sector portuario como primera apreciación a 3 meses de haber asumido? Se habla de una caída del orden del 30% interanual en las exportaciones frutícolas regionales, siendo el punto más bajo de embarques de la historia del Puerto, entre otros factores, por el cierre de San Petersburgo por la crisis Rusia – Ucrania.
Si bien los escenarios que nombras son relevantes en el hoy, son factores incidentales. Por supuesto que periódicamente tenemos que ir revisando los estudios de demanda que se han hecho hace 5 años, pero estamos en un punto de incertidumbre máxima. La guerra de Ucrania, que no sabemos para dónde va a ir, y ahora probablemente estamos ad portas de un conflicto Taiwán – China, y este último es un país tremendamente importante para nosotros. Entonces, lo incidental hay que analizarlo, pero para el corto plazo, y nosotros trabajamos en proyectos de larguísimo plazo. Por ejemplo, hoy estamos trabajando para el Chile de 2040.
¿Y en ese sentido, que se le puede decir al sector, que tiene problemas hoy y necesita solucionarlos a corto plazo? Como, por ejemplo, cuando algunos hablan de una crisis logística importante.
La crisis logística no tiene que ver con la menor demanda, todo lo contrario, tiene que ver con que ya no caben los camiones.Y, ¿por qué hay camiones?, porque hay mercancía. Pero los próximos meses se ven difíciles y duros. Por eso, mi trabajo lo empecé dos meses antes que otros directorios, con el fin de conocer el plan detallado, coordinado con todos los actores de la fruta. Estamos revisando en qué estamos débiles, para poder tomar las medidas. En la actualidad hay atochamiento y todavía no está instalado el sistema ferroviario, entonces hay que tener clarísimo cómo vamos a operar. Si bien hay un equipo técnico trabajando para dar solución a esta situación, en lo personal me ha interesado liderar, anticipándome y hablando con cada uno de de quienes están involucrados. No basta con establecer mesas de trabajo, creo importante conocer a cada actor, qué relación tiene con nosotros, qué tenemos que hacer nosotros respecto de eso, y así, con toda la lista de la cadena logística que se crea en torno a la exportación de fruta. En esa etapa estamos ahora, que es la etapa inicial. Otra cosa que hicimos, es que presionamos para que saliera el reglamento de uso de los muelles de atraque. Nosotros ya lo mandamos, pero necesitamos que lo vean. Es por eso que organizaremos seminarios y otras acciones con el objetivo de darlo a conocer.
¿Y cómo podría el puerto de San Antonio ayudarlos más?
Estamos tomando las máximas providencias para que la cadena logística funcione lo mejor que se pueda, dentro de las limitaciones que tenemos. Podemos ayudar a la gestión, mejorar los flujos y ser menos enervantes en los procesos, pero no podemos bajar los costos. Parece bastante poco en función de la complejidad del sistema, pero sí queremos ayudar. Y queremos también que se observen los reglamentos, porque están hechos para ayudar.
¿Con qué otros problemas te has encontrado?
Necesitamos ampliar el puerto y tenemos bastantes dificultades con grupos ecologistas que se niegan a que exista y, de hecho, algunas medidas que se han tomado no solo atentan contra el puerto que estamos construyendo, sino contra el actual. Si no tenemos este espacio, los productos no pueden salir y si no salen por aquí, no tienen por dónde. Valparaíso no da abasto. Entonces, yo creo que un mensaje a dar es que nosotros estamos conscientes, conocemos lo importantísimo que es la preservación de nuestro hábitat, de nuestro medioambiente, pero no podemos exagerar y sacrificar la calidad de vida de los habitantes. Esto no significa que no pongamos el máximo cuidado y que no le pidamos la opinión a las personas. Incluso podemos cambiar nuestros proyectos en función de los comentarios que nos llegan, pero todo tiene un límite.
¿Cómo están trabajando con el Puerto de Valparaíso en los desafíos que se vienen?
Me he reunido con mi par, el presidente de Valparaíso, y los dos estamos absolutamente de acuerdo de que hay que terminar con esa idea de que existe rivalidad entre Valparaíso y San Antonio, porque eso no es así. Nosotros cargamos, por lo menos, tres o tres veces y media más que ellos, y el tope que ellos van a tener son tres millones de toneladas, que es casi lo que nosotros ya tenemos, un poquito menos. Entonces, nosotros no competimos en términos de carga. Sin embargo, creo que ellos tienen muchas cosas que enseñarnos, por ejemplo, en términos de tecnología. Por eso, hemos acordado que Valparaíso necesita a San Antonio y San Antonio necesita a Valparaíso para el futuro. Y, de hecho, me atrevería a decir que Valparaíso y San Antonio van a ser un solo puerto en 2040. Tenemos una necesidad mutua, es una gran bahía, las ciudades costeras se van juntando también. Eso es lo natural, que Valparaíso y San Antonio se unan en una sola empresa en el futuro.
¿Cuáles serían los principales beneficios de que exista un solo gran puerto para el sector exportador?
Coordinación. También se necesita mucha más tecnología que la que hay y un agendamiento en común, en el sentido de a dónde transportar, a qué hora tiene que llegar un camión y a qué terminal, cualquier sea éste. Y eso va a pasar, no este año, sino a partir de los próximos. Nosotros tenemos concesionarios que tienen experiencia y el flujo funciona bastante bien, pero otros que no, que se demoran más. Entonces, lo que buscamos es generar un espíritu de colaboración entre todos los actores relevantes de este encuentro. Y Valparaíso lo es.