Con una industria que en los últimos años ha sido rentablemente atractiva y con volúmenes crecientes, la cereza en Chile se posiciona como una de las principales especies frutícolas exportadas del país, aunque manteniéndose por debajo de los envíos de manzanas y de la uva de mesa.
En la temporada 2021/22, y pese a que en las proyecciones se estimaba un aumento en los envíos de esta especie, la realidad fue que se visualizaron cantidades similares a la campaña anterior (+1%), sobrepasando las 356 mil toneladas (71 millones de cajas equivalentes a 5 kg). Si bien uno de los factores críticos fue la logística, donde se registraron demoras y complicaciones tanto en los viajes como en los puertos de origen y de destino, la reducción de esta campaña se debió en mayor grado al ajuste de producción por desgaste, tras una temporada previa que sobrepasó todas las expectativas (353 mil toneladas, alzándose un 54% respecto al 2019/20) y en menor medida como consecuencia de la escasez hídrica.
PRINCIPALES ENVÍOS
En cuanto a los envíos de la temporada, Lejano Oriente se volvió a presentar como el mercado predilecto de las cerezas chilenas, acaparando más de 329 mil toneladas (92% del total) y registrando a China como el importador primordial del bloque, mientras que en un segundo lugar se posicionó Norteamérica, con cantidades cercanas a las 14 mil toneladas (4%) y con Estados Unidos casi duplicando los volúmenes respecto a la temporada previa (+94%). Sin embargo, hay que destacar que Chile ha intentado incursionar y explorar otros mercados tanto en esta como en las últimas campañas, aumentando las exportaciones hacia destinos fuera del bloque asiático, como Inglaterra (+69% en los envíos desde 2018/19 hasta 2021/22), Canadá (+228%), España (+92%) y Arabia Saudita (+106%), entre otros países.
Pese a los esfuerzos por diversificar los mercados, Lejano Oriente se ha mantenido como el destino principal para las cerezas de Chile. Específicamente se ha destacado China-Hong Kong, que en la última temporada absorbió más del 88% de los volúmenes chilenos. Esto ha generado una alta dependencia de la cereza chilena con el mercado asiático, haciéndola susceptible a la decisión de los compradores, situación que en las recientes campañas se ha hecho patente sobre todo post pandemia de Covid-19.
El mercado asiático resulta atractivo para los exportadores de Chile, no solo por el Tratado de Libre Comercio vigente, sino que por la cantidad de potenciales nuevos consumidores, el poder adquisitivo y los altos precios de mercado, que destacan en la etapa más temprana de la temporada. Cabe considerar que la campaña de exportación chilena convenientemente coincide con la celebración del Año Nuevo Chino (ANC), fecha en donde la demanda asiática cambia sus patrones de consumo y muestra interés por los frutos rojos, como símbolo de éxito, felicidad y amor, haciendo que la cereza sea uno de los productos ideales para la ocasión.
Durante la última temporada, el Lejano Oriente fue el mercado predilecto de las cerezas chilenas, acaparando más de 329 mil toneladas (92% del total) y registrando a China como el importador primordial del bloque.
Describiendo la situación de China en la última campaña, hasta comienzos de diciembre los envíos de cerezas chilenas no presentaron mayores complicaciones, incluso se registraron mejores precios que la temporada previa en la mayoría de las semanas. Sin embargo, la situación se mantuvo crítica en los meses de enero y febrero debido a la pandemia y a las restricciones sanitarias, que ocasionaron problemas logísticos y de transportes en las principales ciudades y puertos del país, impactando la disponibilidad y los precios de la fruta fresca en los mercados mayoristas. Junto con lo anterior, el atraso en los tiempos de viaje generó que parte de los volúmenes de la temporada llegaran posterior a la semana 5 (semana de celebración del ANC), visualizándose, tras el regreso de las vacaciones, un exceso de oferta y problemas en la condición de la fruta.
EL CONTEXTO DE UNA TEMPORADA QUE SE AVECINA
A nivel mundial, para la próxima temporada se podría esperar que se repitan algunas complicaciones de años anteriores, como las alzas en los costos de logística, disrupciones en las cadenas de comercialización, incrementos en los tiempos de viajes y la prevalencia del coronavirus. Sin embargo, este año el mundo se ha remecido por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que comenzó a fines de febrero, por lo que diversos países y potencias, como Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Japón, entre otros, han implementado sanciones económicas y comerciales en contra de Rusia. Esta situación, sumada a que algunos países aún se siguen recuperando de la crisis generada por la pandemia del Covid-19, ha generado incertidumbre e inestabilidad en las economías y en el comercio internacional.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en un reporte de perspectivas alimentarias de junio de 2022, señala que actualmente las tasas de inflación están en niveles extremos en diversos países, registrando también incrementos en los precios de materias primas. Adicionalmente, el documento señala que, pese a registrarse mejoras en la situación epidemiológica, las nuevas variantes de Covid-19 pueden empeorar las perspectivas de crecimiento global, mientras que la inflación podría cambiar parcialmente las políticas de comercio internacional en los países afectados.
Producto de todo lo anterior, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó las proyecciones de crecimiento mundial, reduciéndose desde un 6,1% (2021) a 3,2% (2022), esta última cifra bajando en 0,4% respecto a la estimación hecha en abril del presente año. Respecto al panorama de los principales mercados de destino de la cereza chilena, el FMI prevé que en el caso de China el crecimiento real del país bajará de un 8,1% en 2021 a un 3,3% en 2022. Mientras que para EE.UU. y la eurozona, estas disminuciones podrían ser de tan solo el 2,3% y 2,6%, respectivamente.
TEMPORADA 2022/23 DE CEREZAS CHILENAS: SIN CIFRAS OFICIALES, PERO CON ESPERANZA.
Respecto a la campaña de cerezas que se aproxima, en lo que va del año se ha visto un panorama climático favorecedor en Chile, con un aumento en las precipitaciones y con temperaturas que han permitido una acumulación ideal de horas frío. En conjunto al aumento exponencial de la superficie, si se mantienen las buenas condiciones sin duda se espera que sigan aumentando la producción y los envíos de cerezas chilenas hacia el mundo.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) proyecta un alza en el consumo de cerezas en China, con una oferta local que no sería capaz de suplir la demanda.
No obstante, se debe tener en cuenta que este año las cerezas tardías podrían presentar algunos problemas en su principal mercado de destino, China. El ANC ocurrirá el 22 de enero (semana 3) del 2023, por lo que si Chile insiste en concentrar los envíos hacia el gigante asiático, es muy probable que la fruta más tardía del país no logre arribar antes de la celebración, generando una eventual sobreoferta y afectando la rentabilidad del sector. Todo esto sin siquiera mencionar la posibilidad de complicaciones logísticas y/o pandémicas que han sido comunes en las últimas temporadas. Cabe señalar, que la mayor parte de la producción chilena se destaca por ser de cosecha media-tardía, siendo las principales variedades Lapins, Santina y Regina, que en la última temporada representaron cerca del 77% de los envíos. Esta situación es aún más crítica en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, las que también concentran su producción en variedades tardías, registrando durante la campaña 2021/22 la mayor parte de los envíos entre las semanas 2 a 4 de 2022. Debido a que la próxima temporada será más corta que las anteriores, las cerezas tardías y del sur del país deberían cambiar la estrategia e intentar abarcar otros mercados, a modo de poder evitar los potenciales problemas mencionados anteriormente.
En cuanto a estimaciones para China, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) proyecta un alza en el consumo de cerezas del país, con una oferta local que no sería capaz de suplir la demanda. Pese a lo anterior, las importaciones bajarían a las 300 mil toneladas en la temporada 2022/23 (-6% en relación con la campaña anterior), disminuyendo los volúmenes tanto por una mayor producción nacional, como por una menor producción de parte de Estados Unidos, considerando también posibles problemas pandémicos, logísticos y económicos.
Concluyendo, se recomienda que Chile continúe con la exploración y potencie la diversificación hacia nuevos mercados para la cereza tardía. En las temporadas previas, destinos como Europa y Estados Unidos registraron cotizaciones superiores a las de China en las últimas semanas de la campaña (febrero y marzo), por lo que surgen como una oportunidad. Es de suma importancia que el sector exportador de Chile logre coordinarse, planificar y buscar mercados alternativos para que la campaña de cerezas 2022/23 pueda dar los resultados esperados, mientras que las autoridades del país deberían enfocarse en controlar la situación macroeconómica y buscar nuevos tratados comerciales.