Importantes movimientos en el sector frutícola nacional se registraron durante el mes de marzo. Primero fue Frutura, el gigante estadounidense que sumó a la chilena Susbole a sus recientes adquisiciones a nivel regional. Luego vino la inversión en el capital de Unifrutti, productora y exportadora de fruta fresca de la familia De Nadai, por parte de ADQ, un fondo soberano de Abu Dhabi. ¿Coincidencia o parte de una tendencia de mercado? ¿Seguiremos viendo más transacciones de este tipo?
Roberto Vitón, fundador y director de la consultora Valoral Advisors, firma especializada en los sectores agrícola y de alimentos con sede en Luxemburgo, comparte un dato interesante, resultado del monitoreo que realizan de fondos de inversión especializados en agricultura y alimentación.
“En el año 2005 había solo 40 fondos a nivel global que invertían en este sector a través de diferentes estrategias, activos reales, producción primaria, private equity, venture capital. Hoy, en 2022, ya son más de 800 fondos que manejan más de US$ 125 mil millones”, señala. A nivel global los inversionistas institucionales demuestran un interés creciente por el sector de agricultura y alimentos. Esto, impulsados por dos grandes atractivos: una demanda que va al alza por alimentos, específicamente por los frescos y sanos, donde las frutas tienen un rol fundamental; y la posibilidad de invertir en activos reales, lo que cobra un valor especial en este contexto de inflación que atravesamos. El temor que existe en lo que respecta a la seguridad alimenticia, producto de la pandemia y del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, entre otros factores, es otro elemento importante.
Como sector, explica Vitón, agricultura y alimentos atrae inversión por el interés que hay desde las tendencias más estructurales. “Por el lado de la oferta, la limitante en la disponibilidad de tierra y agua para producir por el lado de los recursos naturales y las limitantes por el lado de los efectos del cambio climático. Y si vemos el crecimiento de la población, de una clase media, de los mercados emergentes, el cambio en las dietas y lo que es la mayor conciencia por la alimentación saludable, todo esto hace que la demanda por alimentos, particularmente de frutas y verduras, sea más importante”, explica.
A la hora de invertir en cultivos intensivos, son muchos los factores que entran en juego y que es importante considerar, como dónde están los suelos y las condiciones climáticas más atractivas para producir. A esto se suman criterios que tienen que ver con el riesgo país, su institucionalidad, el derecho de la propiedad, la estabilidad de las leyes y de los impuestos, así como lo que es la infraestructura local y los acuerdos comerciales para exportación, entre otros.
“Cuando uno considera todos estos criterios, nos damos cuenta que no son muchos los países o las regiones donde estos inversionistas institucionales puedan invertir de manera significativa. Entre las principales regiones que han recibido inversión recientemente se destaca obviamente California y algunos otros lugares en Estados Unidos; Portugal y España, particularmente en almendros, olivos, cítricos, pero también frutas de hueso y berries; y hay otros destinos que son más tradicionales como Australia o incluso Sudáfrica, para una gama de frutas y verduras”, añade.
En la búsqueda por parte de los inversionistas de otros destinos para diversificar sus negocios, emergen mercados que ofrecen una oportunidad por las ventanas de producción, condiciones climáticas y por la escala. Y ahí aparecen los países de la región andina. “Si uno va desde el sur al norte, Chile, Perú, Colombia, México, toda esa línea de producción que tiene condiciones climáticas atractivas para muchas frutas y verduras, ha recibido en los últimos 10 a 20 años un flujo de inversión importante que ha permitido la expansión y modernización de cultivos, infraestructura de riego, tecnificación respecto a los sistemas de producción y también ha permitido en muchos casos traer capital fresco a empresas que son eminentemente familiares”.
Al mirar en particular hacia Chile y Perú, se observa en el último tiempo un incremento en la incertidumbre y en la volatilidad política, económica, social, factores que inciden al evaluar posibles problemas laborales, impositivos, temas vinculados a la propiedad de la tierra, entre otros. “A pesar de que ese contexto no es el más propicio, y que no se han realizado tantas inversiones como uno hubiera esperado, vemos que dado que a nivel global no hay tantas oportunidades, países como Chile y Perú tienen un atractivo particular que tiene que ver con la competitividad de la zona para producir, con la escala de la oportunidad respecto a la disponibilidad de recursos y con esa complementariedad comercial que significa poder producir en otra ventana y eso es un tema central. Estamos viendo que el sector frutícola se sigue consolidando y que como parte de esa consolidación las compañías y los inversionistas buscan expandir su portafolio de productos, tanto a nivel de variedad de frutas como a nivel de ventana. El objetivo final es poder suministrar fruta todo el año”, explica.
PREPARASE PARA LO QUE VIENE
El sector de cultivos intensivos, en contraposición con lo que es la agricultura más extensiva, es un sector que ha generado gran interés en los últimos 5 a 10 años. Y el flujo de inversiones que ha recibido, proviene de diferentes perfiles de inversionistas, precisa Vitón. “Hay algunos que son estrictamente financieros y que ven la oportunidad de generar retornos en ese tipo de activos y otros inversionistas más estratégicos, que pueden ser tanto las empresas o traders frutícolas que buscan seguir expandiendo su plataforma de producción, seguir integrándose verticalmente, generar una huella de producción que sea más global y dentro de éstos también hay algunos a los que les interesa el concepto de la seguridad alimentaria”, señala.
Las transacciones recientes que hemos visto en Chile, de acuerdo a Vitón responden en buena medida a ese interés estratégico. “Vemos transacciones como la de Frutura, que está construyendo una plataforma de producción y comercialización adquiriendo empresas frutícolas en Estados Unidos, Perú, Uruguay y Chile, versus lo que era un crecimiento tradicional más orgánico. Y esto habla de consolidar el sector, cómo un grupo de inversión levanta capital y es capaz de hacer adquisiciones en cuatro países diferentes para construir una plataforma que pasa a tener relevancia a nivel global.
Y es una consolidación también a nivel vertical, ya que la última transacción que acaba de anunciar Frutura es una planta de frío en Texas que sirve para dar soporte a la producción que mueven desde Estados Unidos y México. Hay una integración vertical, que es un elemento clave para estas empresas. De la misma manera la inversión de ADQ en Unifrutti, es una inversión también estratégica con un carácter particularmente vinculado a lo que es la seguridad alimenticia. ADQ es un fondo soberano de los Emiratos Árabes Unidos, de Abu Dhabi, el mismo grupo anteriormente hizo una inversión en el trader agrícola Louis Dreyfus y está tomando este paso para asegurarse la disponibilidad física de frutas a través de la inversión en Unifrutti”.
Pero no todos los últimos movimientos realizados en el mercado nacional han sido estratégicos. Siguiendo con el análisis, y yendo un poco más atrás, nos encontramos con la adquisición mayoritaria de David del Curto por parte de Hancock Natural Resources. “Este negocio responde más a las inversiones financieras para la construcción de un portafolio de largo plazo, Hancock es un administrador institucional de inversiones en recursos naturales vinculados a forestación y agricultura, no un inversionista estratégico en frutas, pero ven la oportunidad de invertir en un activo a largo plazo que puede generar retornos atractivos y aportar a la diversificación y comienzan a construir plataformas integradas de producción y comercialización para ganar escala y capturar más valor”, sostiene.
A juicio del experto, seguiremos viendo este tipo de transacciones en el mercado regional, más de carácter estratégico, pero también financiero. “Es importante tener presente que hoy la cuestión climática, de disponibilidad de tierra y agua, son temas que todos estos inversionistas tienen muy presentes. Otro punto fundamental respecto a las oportunidades de inversión que exista en estos países, es que estos inversionistas buscan socios locales que tengan una capacidad técnica, comercial, de gobierno corporativo, que cumplan con sus estándares para poder ser socios. Este es un desafío para muchos grupos locales, sobre todo cuando uno piensa en empresas familiares que necesitan profesionalizarse, alcanzar un nivel de gobierno corporativo, de transparencia, de reporting, para que estos inversionistas se sientan cómodos eligiéndolos como socios”, precisa.