El impacto comercial en las exportaciones sudamericanas de alimentos
Conflicto Rusia-Ucrania:

El impacto comercial en las exportaciones sudamericanas de alimentos


Por Diego Vicente A. CEO / BDP FOODS

Creo que hay pocos oficios donde sea tan necesaria la resiliencia, como lo es en la agricultura. Esto debido a la gran exposición que tiene esta noble actividad a múltiples factores completamente ajenos a la gestión del agricultor, que afectan dramáticamente la producción o la comercialización de ésta. Variables difíciles o imposibles de anticipar o manejar, como las duras condiciones climáticas, una pandemia global o una guerra.

Hoy el mundo entero ve con mucho dolor lo que está ocurriendo en Ucrania. Por las redes sociales vemos el sufrimiento que este conflicto produce en su población.

Por otro lado, muchos países y organizaciones imponen diversas sanciones contra Rusia, para desincentivar su incursión militar, las que comienzan a afectar la vida cotidiana de su población. Y aunque todo esto ocurre a miles de kilómetros de Sudamérica, tiene también un impacto en la industria agroexportadora local.

Rusia, con sus más de 140 millones de habitantes y un clima desfavorable, es y será siempre una súper potencia importadora de alimentos y, por lo mismo, un destino muy importante para países agroexportadores como Perú y Chile. Más del 50% de las frutas que se venden en Rusia son importadas. Es el segundo mayor importador mundial de manzanas y peras, uno de los cinco mayores importadores de cítricos y carozos, y un destino relevante para uvas, arándanos y granadas.

Durante 2021, a pesar de la pandemia, Chile exportó más de US $620 millones de alimentos a Rusia. Para salmones, frutas, mejillones, vinos y otras categorías, este es un gran mercado, lo que lo transforma en uno de los 10 destinos más relevante para nuestras agroexportaciones.

BDP Foods abrió su oficina en Moscú el 2009 con el fin de apoyar a los exportadores de alimentos a entrar y desarrollarse de manera exitosa en este atractivo, pero complejo mercado. Con un equipo permanente allá, hemos sido testigos de la gran evolución de este mercado, entonces dominado por un pequeño grupo de poderosos mayoristas, que evolucionó a uno más sofisticado, con una potente irrupción de la industria supermercadista.

Hoy los gigantes del retail embarcan de manera directa grandes volúmenes de alimentos de todas partes del mundo, incluyendo Sudamérica. Semana a semana trabajamos con exportadores de frutas, vinos y otros productos desde Chile, Perú, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, entre otros, y todo se frenó abruptamente el 24 de febrero pasado.

Esta detención no se debió a una caída en la demanda. En Rusia la vida sigue casi con total normalidad y la gente sigue consumiendo como siempre. Y como la demanda sigue, los importadores y los supermercados requieren que los embarques continúen.

Dentro de las consecuencias de este conflicto, y las sanciones tomadas, hay una serie de factores que imposibilitan el normal desarrollo del intercambio comercial con Rusia, tales como las complejidades logísticas, la suspensión del sistema Swift, la falta de cobertura de seguro de crédito y la volatilidad del tipo de cambio.

PROBLEMAS LOGÍSTICOS

Este conflicto estresó aún más un sistema de naves y contenedores que ya está con serios problemas. En un principio algunas navieras fueron poco claras respecto a la continuidad de sus servicios con Rusia como destino. Hubo reservas canceladas en el último minuto, contenedores haciendo trasbordo en Rotterdam y que no fueron embarcados a San Petersburgo. Solo una de las grandes compañías declaró abiertamente que canceló este servicio, otras lo anunciaron para toda carga que no fuera alimentos o artículos de primera necesidad, y otras dieron señales erráticas que generaron más confusión.

EXCLUSIÓN DE VARIOS BANCOS RUSOS DEL SISTEMA SWIFT

Este es un sistema de información bancaria internacio[1]nal, que permite realizar transferencias internacionales de forma rápida y segura. Esta medida complejiza el pago de los importadores a los exportadores, pero mientras algunos bancos sigan dentro del sistema, se debería seguir operando. Algunos especialistas creen que es muy poco probable que saquen a todos los bancos rusos de este sistema, ya que son necesarios para que países europeos paguen el gas y el petróleo que Rusia abastece. Por otro lado, muchos de los principales importadores tienen cuentas bancarias fuera de Rusia, desde donde generar los pagos.

AUSENCIA DE SEGUROS DE CRÉDITO

Toda la incertidumbre que esto genera hizo que la mayoría de las aseguradoras de crédito suspendieran o disminuyeran de manera drástica la línea de cobertura para clientes rusos. Así, los exportadores quedan sin protección en un contexto de alto riesgo, lo que hace muy poco factible que estén dispuestos a embarcar si no es contra pago anticipado.

LA VOLATILIDAD DEL TIPO DE CAMBIO

Con todas las sanciones financieras anunciadas y las restricciones impuestas al Banco Central de Rusia, era esperable una alta volatilidad en el valor del rublo ruso, el cual ya tiene una rápida y fuerte depreciación. Esta devaluación encarece el precio de las importaciones y limita el poder de compra de los consumidores. Por otro lado, la volatilidad complejiza el negocio de los importadores, quienes cierran un acuerdo con un tipo de cambio determinado al momento de embarcar, el que puede cambiar bruscamente antes de que la carga llegue a destino, afectando fuertemente la rentabilidad del negocio.

Otro factor importante para tener en consideración es el precio internacional del petróleo. Al hacer una revisión histórica se puede corroborar que, dada la importancia de este recurso en la economía rusa, el valor del rublo está fuertemente indexado al precio del mismo. Si uno se remonta a la crisis de Crimea en 2014, se ve que la gran depreciación del rublo de entonces no ocurrió cuando se anunciaron las sanciones contra Rusia, sino cuando la OPEP tomó la decisión de aumentar drásticamente la producción de crudo, generando una fuerte caída en su precio internacional (de más de US $100 a cerca de US $40 el barril), lo que generó que el tipo de cambio pasara de 30 rublos por dólar a más de 60. Esto deja en evidencia que es muy importante seguir atentos las decisiones que tome en este respecto EE.UU. y los países miembros de la OPEP.

La complejidad del conflicto hace muy difícil estimar la duración y profundidad que finalmente éste tendrá, pero como se mencionó, Rusia necesita y demanda los alimentos que producimos. Es probable que incluso se generen atractivas oportunidades, ya que el menor volumen embarcado generaría un alza en los precios y una mayor flexibilidad por parte de los clientes, para lograr que los exportadores decidan embarcar a este destino a pesar de las circunstancias.

En BDP Foods, con nuestro equipo en Moscú, constantemente monitoreamos lo que ocurre en Rusia. Mantenemos una relación estrecha y directa con los principales importadores y supermercados, pues es fundamental manejar información certera y de primera fuente respecto a la realidad del mercado. Creemos que, si se logra administrar el riesgo, se aprovecharán nuevas oportunidades y así mantener abastecidos a clientes que son y serán muy importantes en tiempos de paz, lo que deseamos de todo corazón ocurra lo antes posible.

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