El nuevo ministro de Agricultura de Chile, Esteban Valenzuela Van Treek (57 años), es oriundo de Rancagua y proviene de una familia de mineros, técnicos y pequeños agricultores.
Militante y parte de la directiva de la Federación Regionalista Verde Social, es también doctor en historia contemporánea y fue alcalde de Rancagua en 1992. Su pasado político se ubica en el PPD, donde militó por 20 años. Fue diputado en 2 periodos por la región de O´Higgins. Es periodista de profesión y actualmente se alista para el mayor de todos los desafíos: ejercer como ministro de Agricultura en un país agobiado por los problemas generados por el cambio climático, la sequía y la gestión de los recursos hídricos.
Ante los cuestionamientos tras su nombramiento, Valenzuela destaca que su carrera profesional tiene el sello de mezclar el desarrollo territorial, la descentralización y la articulación de quienes actúan en el territorio, con lo que se siente preparado para asumir el liderazgo de una cartera que cada día cobra una mayor relevancia.
Explica que “en los últimos años, la gestión que he desarrollado en temas de conservación y defensa del ambiente surgen desde la convicción que nuestro territorio, sostenido por su riqueza y sus hombres y mujeres, admite la convivencia de distintos ritmos y vocaciones productivas, pero con un necesario apego a una segunda convicción: la naturaleza, el territorio, el agua son finitos y el impacto de una gestión sin control conduce a efectos como los que estamos viendo en el país. En nuestro caso, son efectos que golpean fuertemente a familias rurales y pequeños productores».
LA DEMANDA DE TODOS
En palabras del nuevo ministro, el programa del presidente de Chile, Gabriel Boric, define las áreas de mayor desafío para el sector a partir de una demanda de la mayoría de los chilenos: crisis hídrica y la necesidad de una gobernanza distinta de las cuencas hidrográficas, dinámicas productivas respetuosas del medio ambiente y soberanía alimentaria.
Lo anterior, es en base al diálogo con los actores y con la especial incorporación de los más afectados en cada uno de esos ámbitos: las organizaciones, los jóvenes y las mujeres del mundo rural.
“Para enfrentar el desafío del desarrollo de Chile, debemos sentarnos a la mesa, todos, sin exclusiones, y dialogar desde la mirada que cada uno es importante en esta construcción conjunta”. “El tránsito a un nuevo modo de hacer las cosas solo puede ser entre actores que caminan juntos”.
A raíz de lo anterior, señala que buscan contribuir a un nuevo modelo de desarrollo con una forma de entender “la naturaleza, el territorio y el agua de una forma distinta e incorporando a los que han quedado debajo de la mesa, que es el encargo que nos hace la ciudadanía, tenemos que caminar en diálogo”.
En este sentido plantea que “la descentralización tiene que ser una realidad con fuerza en el mundo de la agricultura. La ruralidad ya no puede seguir esperando más”.
Para el ministro, Chile tiene una deuda con el 25% de la población del país y espera que el nuevo gobierno de los pasos necesarios para avanzar en mayor cohesión territorial.
LÍNEAS DE ACCIÓN PARA EL AGRO
Valenzuela explica que hay cuatro puntos claves que le van a dar el sello a su gestión.
“En primer lugar quiero dar un sello de urgencia. Nuestra ruralidad está viviendo desequilibrios en todos los ámbitos y es necesario imprimir a nuestra gestión un sentido de urgencia”.
En segundo lugar, plantea que se necesita un ministerio con las puertas abiertas a la sociedad civil y al mundo privado, porque sin ello, no se construirá futuro. Para esto el diálogo y articulación con todos los actores es fundamental, considerando que hoy hay sectores minimizados en la mesa como la pequeña agricultura, agricultura familiar campesina, mujeres y los pueblos originarios.
“También apostaremos por una acción articulada y coordinada al interior del Minagri y con el resto de la institucionalidad pública. Debemos actuar de manera coordinada pues los recursos, que son de todos, son cada día más escasos”, agrega.
Por último, señala que “transitar hacia un nuevo modelo implica abrir nuevos escenarios dentro de nuestra institucionalidad; vamos a avanzar hacia la promoción de prácticas sustentables en nuestros instrumentos de fomento, reconocer la sabiduría de nuestros pueblos en la producción y cuidado de la naturaleza. En fin, crear nuevos paradigmas para el sector que sepan dialogar con las exigencias”.
PROYECTOS A PRIORIZAR
En lo que concierne a los pilares bajo los cuales plantea centrar su trabajo en el ministerio, Valenzuela afirma que la crisis hídrica es prioridad.
“El tema del agua es “el tema” al que nos queremos abocar en una primera instancia con medidas de corto, mediano y largo plazo”. La sequía es un fenómeno que se enfrenta con alternativas para el uso eficiente y racional del agua como la incorporación de inversiones en obras y tecnología, por ejemplo, para el acopio, métodos de producción, agrega.
“La crisis hídrica requiere de lo anterior, pero también de transformaciones que van más allá de medidas coyunturales. Esta crisis es una situación que deriva de un rol del Estado deficiente en la aplicación de la normativa y en conductas de algunos productores que no han atendido los intereses de todos los chilenos, sino solamente los suyos”. Para la autoridad, abordar la crisis hídrica requiere una visión de país y soluciones que involucren a los diferentes actores.
Otro elemento, es el aporte que como cartera pueden realizar ante la crisis del Wallmapu, conflicto mapuche que en los últimos años se ha vuelto un tema crítico dentro de la sociedad chilena.
Si bien el actual ministro no busca evaluar lo que han realizado gobiernos anteriores, su línea de trabajo se orientará a la urgencia de abordar la seguridad y soberanía alimentaria, en especial por las nuevas señales que proceden del mundo científico sobre el cambio climático y por el contexto internacional. “Queremos avanzar en definir una política de más alimentos para Chile, con el propósito de contar con una alimentación sana, oportuna y accesible para nuestra gente”.
Y en ese sentido, esto se entrelaza con un nuevo concepto de ruralidad, en que las regiones se hagan cargo de los desequilibrios que existen y que, con participación ciudadana, comiencen a armar sus planes de desarrollo rural regional.
DESAFÍO DE INDUSTRIA
Para el ministro, la industria en general, no solo la hortofrutícola, se enfrenta al desafío de mayor agregación de valor, de mayor calidad, de establecer relaciones de beneficio mutuo con los proveedores, de convencer a la población de un mayor consumo de sus productos (para lo que estarán disponibles señala) y seguir consolidando mercados internacionales, allí donde ya han puesto las primeras banderas.
«La crisis hídrica es una situación que deriva de un rol del Estado deficiente en la aplicación de la normativa y en conductas de algunos productores que no han atendido los intereses de todos los chilenos”.
A lo anterior se suma la “incorporación de tecnologías amigables con el ambiente, relaciones de buena vecindad allí donde funcionen, relaciones de mutuo beneficio con los proveedores, aumento del consumo per cápita de sus productos y consolidación de mercados”.
En ese contexto, señala que, a la industria exportadora les “interesa el comercio exterior de nuestros productos, siempre y cuando la producción de estos no atente contra el buen vivir de los habitantes rurales y el uso equitativo de los recursos, especialmente el agua”.
Destaca que los grandes productores hortofrutícolas debieran entender que se hace necesario un trato más justo con los recursos de todos los chilenos para todos los chilenos y chilenas.
“Reorientar, no significa exclusión, significa avanzar hacia un trato más equitativo pues son los sectores campesinos los que producen mayoritariamente los alimentos que consumen nuestros compatriotas y ellos tienen el mismo derecho a ser proveídos de tecnologías que les permitan seguridad de riego para sus cultivos”.
En esa línea, comenta que como aliados ve a todas aquellas personas del mundo rural que piensan que hay una sola forma de producir y esa es con un trato cuidadoso de la naturaleza. Además de enfatizar que es urgente corregir la gestión del agua y ocuparnos activamente de los más pequeños, sobre todo de la mujer rural, con una administración que involucre a quienes viven en el territorio y aportan con esfuerzo diario a su desarrollo.
“En agricultura, esperamos contar con aliados de las organizaciones de pequeños, medianos y grandes productores, de asociaciones agroecológicas, ambientalistas y cooperativas. Con las voces y compromisos de todos, claro que podremos encaminar las transformaciones que hacen falta en el mundo agrícola”.
«La institucionalidad del Minagri debe cumplir una labor de fiscalización y control efectivo que resguarde este patrimonio central de los chilenos que es la naturaleza y sus recursos”.
DEFINICIONES DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN
En general, el proceso constituyente genera inquietud en sectores como el agrícola, debido a la incertidumbre que hay en relación a su vinculación con el agua y otras problemáticas.
Valenzuela señala que “el gobierno del presidente Boric asume que las normas de una nueva constitución requerirán rediseños que se irán dando en definiciones conjuntas con el parlamento. Desde este ministerio, haremos todos los aportes que hagan falta en esa dirección”.
Agrega que “si se trata de encaminarnos en transformaciones respecto de cómo hacemos hoy las cosas en relación con la naturaleza o el agua, por ejemplo, tenemos la certeza que no todo lo que está en el mandato del nuevo gobierno requerirá de normativa nueva. Puntualmente, la institucionalidad del Minagri debe cumplir una labor de fiscalización y control efectivo que resguarde este patrimonio central de los chilenos que es la naturaleza y sus recursos”.
Por último, rescata que ha tenido diálogos con personas de distintos ámbitos: el mundo organizado campesino, las cooperativas, empresarios agrícolas, productores de semillas, los gremios del centro sur de Chile, organismos internacionales del sector, entre otros.
“Con todos he tenido un intercambio sincero en el que parto por convocarlos a asumir la necesidad y urgencia de las transformaciones en el sector, para lo cual requerimos el aporte de cada uno. Hasta ahora, la respuesta es positiva. Por eso, le respondo que la mejor recepción que pueden hacer los hombres y mujeres del mundo rural al gobierno del presidente Boric, es disponerse a dialogar, a hacer un trabajo conjunto sobre la base del encargo de la ciudadanía”.
El ministro entrante ha planteado que su liderazgo no es sobre la base de opciones excluyentes, por lo que conversará con los productores que exportan y con todos los actores que intervienen en ese quehacer. Aguardará, también, lo que defina la Convención Constitucional y, posteriormente, la ciudadanía en el plebiscito de salida, respecto de contenidos vinculados con este sector de la economía. En lo relacionado con los TLC, plantea que el gobierno entrante ha señalado que todo cambio o actualización se hará en diálogo con las contrapartes. Y sobre mano de obra migrante, Valenzuela afirma que debe enfrentarse su aporte con franqueza el aporte de trabajadores extranjeros y de acuerdo a definiciones que se harán conjuntamente con los actores del sector y Relaciones Exteriores.