Donald Trump regresa «con camas y petacas» a la Casa Blanca, para un segundo mandato cuya toma de posesión está agendada para el 20 de enero de 2025. Su retorno es seguido con atención desde distintos lugares del orbe… y no es para menos, si hablamos del presidente de la principal economía del mundo.
Poniendo el foco en lo que nos convoca, la agroindustria latinoamericana se muestra cautelosa ante algunas de las medidas que se podrían tomar y su eventual impacto en el sector.
Aranceles y medidas proteccionistas aparecen en primera línea entre las acciones que podría implementar el nuevo gobierno. Si bien, en lo que a materias arancelarias respecta, los dardos hasta ahora han apuntado de forma más directa a países como China, México y Canadá, durante su campaña Trump manifestó en más de una oportunidad su intención de imponer un arancel general de entre un 10% a un 20% a todas las importaciones que lleguen a EE.UU, y mayor para los productos originarios de China, en una medida que busca estimular la industria local. “Para mí, la palabra más bonita del diccionario es arancel”, dijo Trump en una entrevista con el editor jefe de la agencia Bloomberg, John Micklethwait, en el Club Económico de Chicago.
Sin embargo, en el otro lado de la balanza se ubican elementos de valor, que podrían emparejar el campo de juego durante los próximos años, al menos desde la vereda de la agroindustria de Sudamérica. La cantidad de fruta fresca que importa anualmente EE.UU para consumo local y los tratados de libre comercio vigentes, fueron mencionados por varias de las fuentes consultadas para este reportaje como variables que podrían jugar un rol importante.
Y es que Estados Unidos es uno de los mayores importadores de fruta fresca del globo. A pesar de ser una potencia alimentaria, el país del norte debe esforzarse por asegurar el abastecimiento para una población de más de 335 millones de personas, distribuida en una de las extensiones territoriales más vastas del planeta.
En 2023 sus importaciones de fruta fresca bordearon los US$ 25.000 millones, siendo sus principales proveedores México, Perú, Chile, Guatemala y Costa Rica.
PREOCUPACIÓN EN SU JUSTA MEDIDA
A juicio del argentino Roberto Vitón, fundador y director ejecutivo de Valoral Advisors, “en este momento hay una justa preocupación por la incertidumbre que genera la llegada de Trump, dado el énfasis que ha hecho el presidente en un uso mucho más expandido y con más intensidad de tarifas a las importaciones”. Sin embargo, subraya que “aún es muy temprano para poder hacer algún análisis concreto”.
Dicho lo anterior, Vitón agrega que “más allá de la lógica preocupación, no hay que perder de vista que Estados Unidos importa una considerable porción de su consumo de frutas frescas y hortalizas, siendo México uno de los mayores proveedores, pero otros países como Chile y Perú también tienen una participación. El nuevo gobierno tendrá que evaluar qué impacto en el precio al consumidor final pueden tener las tarifas que se piensan aplicar. Recordemos que los votantes americanos, en parte, expresaron su molestia por la persistente inflación, algo que las tarifas podrían complicar aún más”.
Durante el año 2023, EE.UU exportó alrededor de US$ 180.000 millones en productos agropecuarios, cifra que lo posiciona como uno de los principales exportadores de productos agrícolas. Para Héctor Echeverría, director de la consultora de mercados y comercio exterior Relaxiona Internacional, lo anterior es la principal razón por la cual Trump no cerrará el mercado a las exportaciones, dado que tiene acuerdos suscritos y debe poner parte de su producción en el exterior. “No veo que el sector frutícola tenga inconvenientes. Además, debemos entender que las ventanas de producción ayudan mucho a nuestros productos. Un tema que se debe tener presente son las disminuciones de producción por la continua sequía en los estados productores como Florida, Oregón y California, que ha mermado la producción de manzanas, uvas y naranjas. Dicho lo anterior, no se visualiza ningún problema para el ingreso de fruta de Latinoamérica a EE.UU”, precisa el analista chileno radicado en México.
Para el presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), Gabriel Amaro, es importante abordar el tema con tranquilidad y no alarmarse ante algunos anuncios que se han venido escuchando. “He visto noticias donde se menciona que se tomarían algunas medidas y se pondrían aranceles inclusive a México, China, dicen también que a lo que salga de puerto Chancay, etc. Pero también he visto algunas que se han desmentido. Y (Trump) tampoco ha hecho alusión directa al Perú. Creo que es información que uno tiene que tomar con bastante cuidado y tranquilidad”. A lo que agrega que, pese a que el nuevo megapuerto ha salido a la palestra, “está diseñado para ir al Asia y no a EE.UU”.
Confiamos en que su liderazgo (de Trump) contribuirá al fortalecimiento de los lazos económicos y comerciales que han caracterizado la relación entre nuestros países” — MANUEL YZAGA, PRESIDENTE PROVID PERÚ
Desde la mirada de los productores de la agroindustria chilena, Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), apunta que “nuestro sector debe monitorear el enfoque proteccionista de Donald Trump, quien ya ha anunciado posibles aranceles significativos para socios comerciales. Sin embargo, en el caso de Chile, la balanza comercial es favorable a Estados Unidos, con importaciones que alcanzaron los US$ 17.000 millones frente a exportaciones de US$ 14.000 millones. Esto hace que imponer aranceles a productos chilenos sea menos conveniente para la economía estadounidense”.
Al analizar lo que se viene, Manuel Yzaga, CEO de Vanguard International Group y presidente de Provid Perú, considera el cambio de gobierno como una variable más y destaca que “nuestra vida, la de exportadores de frutos frescos, está marcada por una ocupación constante, más que por preocupación. Las numerosas variables que debemos monitorear son parte inherente de nuestra actividad diaria y del presente.
Como productora chilena de uva —cultivo cuyo ingreso a EE.UU bajo el Systems Approach entró en vigencia en julio de este año— Catalina Cohen, directora comercial y de marketing de Frutera Aguas Blancas, destaca que la reelección de Trump sugiere un análisis respecto a acuerdos de comercio internacional, geopolíticos y socioeconómicos. “En este escenario, más que considerarlo una preocupación lo describiría como una mayor sensibilidad de parte del mundo exportador chileno frente a las declaraciones de Trump, no oficiales, ya que aún no asume la presidencia, con su confrontacional estilo comunicacional”.
Ahora en lo que respecta al posible impacto que tendrá su gobierno sobre la agroindustria en América Latina, Cohen considera que no aplica generalizar, ya que cada país de la región cuenta con sus propias condiciones comerciales, como también con su propia historia de relaciones diplomáticas y alianzas estratégicas con EE.UU.
Más que una preocupación lo describiría como una mayor sensibilidad del mundo exportador chileno frente a las declaraciones de Trump en su estilo confrontacional” — CATALINA COHEN, DIRECTORA COMERCIAL FRUTERA AGUAS BLANCAS
EL ESCUDO DE LOS TLC
Y es que los tratados de libre comercio (TLC) que mantiene Estados Unidos con distintos países de la región, son un garante de que las condiciones se deberían mantener, al menos en el corto plazo.
En relación a las exportaciones de fruta fresca de Chile, y deteniéndose en el proteccionismo, Catalina Cohen precisa que es fundamental recordar que las relaciones comerciales entre Chile y Estados Unidos se enmarcan en un TLC que ha sido un hito en la historia económica de ambos países, facilitando tanto el comercio de frutas como de muchos otros productos, a través de la eliminación de aranceles, lo que sin duda ha favorecido las exportaciones chilenas.
“Con la información que contamos hasta ahora, los acuerdos comerciales (con EE.UU) no sufrirán cuestionamientos ni modificaciones, manteniéndose las buenas relaciones comerciales que han llevado a un desarrollo económico sostenible en el tiempo”, precisa.
En el caso de Perú, Gabriel Amaro también pone énfasis en el tratado de libre comercio que tienen con Estados Unidos. “Un tratado comercial te hace socio y, como tal, no he visto ninguna señal ni algo que haya dicho el presidente electo de EE.UU que pueda alarmarnos. Somos partidarios del libre comercio y cada país tiene sus políticas. Lo que vamos a buscar es intensificar el comercio, lo cual es mejor para todos, tanto para nosotros como productores como para los consumidores estadounidenses, y para la relación bilateral en todo sentido.
En cuanto a los cambios que podría experimentar Estados Unidos como mercado con la llegada del nuevo gobierno republicano, Héctor Echeverría explica que después de la guerra comercial con China, el tema interno se ha ido acomodando. «El fenómeno de nearshoring, de traslado de las empresas americanas que estaban en China y las propias empresas chinas instaladas del lado mexicano, ha permitido que el mercado interno tome fuerza y haya un aumento de exportaciones de parte de México. El problema no lo tendrá la fruta, será el sector automotriz, que hoy es un tema mayor en el mercado interno de EE.UU, quienes no dejarán que sigan aumentando las exportaciones chinas».
Poniéndonos en el peor de los escenarios, este incluiría aranceles altos, restricciones de importación y cuotas, lo que encarecería los productos provenientes de la región sudamericana. «Sin embargo, (en el caso de Chile) contamos con un Tratado de Libre Comercio que mitiga en parte este riesgo, ya que imponer barreras no sería económicamente ventajoso para Estados Unidos», aclara Walker.
A nivel regional, considerando a exportadores frutícolas como Perú, México y Chile, a juicio de Echeverría el escenario no difiere para los distintos actores. «La apertura siempre de parte de EE.UU es un claro ejemplo de que los mercados de Latinoamérica seguirán exportando sus productos. Solo los temas sanitarios son aquellos que debemos cuidar para que los mercados no se caigan. Chile corre con ventajas por calidad y reconocimiento de parte de los consumidores americanos». Aunque aclara que «distinto es el caso de México, ya que su agenda se enreda con el tema migratorio y ahí pueden saltar potenciales barreras, aunque el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) que suscribió con EE.UU y Canadá los debiera proteger», precisa.
Un tratado comercial te hace socio y, como tal, no he visto ninguna señal ni algo que haya dicho el presidente electo de EE.UU que pueda alarmarnos» GABRIEL AMARO, PRESIDENTE AGAP
LAS NOTICIAS TAMBIÉN PUEDEN SER BUENAS
Dejando de lado los fantasmas arancelarios que acechan y las aprehensiones ante medidas proteccionistas, podemos situarnos también en un escenario propicio para las exportaciones de fruta desde Sudamérica al país del norte. ¿De qué dependerá que así sea? ¿Qué factores pueden jugar un rol determinante?
Para el presidente de la SNA, Antonio Walker, “la complementariedad de los productos agrícolas chilenos, como las frutas de contraestación, asegura un mercado en Estados Unidos, evitando una competencia directa con la producción agrícola americana. Esto nos permite un espacio para seguir creciendo, ya que en invierno ellos no tienen una producción fresca y, por lo tanto, no genera conflicto con el mercado local”.
En el caso concreto de cultivos como la uva de mesa chilena, que tienen a EE.UU como su principal mercado de destino, el ex ministro de Agricultura precisa que “están bien posicionadas por su oferta en contraestación y su alta calidad. Son un producto inocuo, de muy buena calidad y tremendamente apreciado en ese país. En los últimos años, la demanda proveniente del norte ha ido variando y nuestro mercado ha realizado un recambio de variedades para mejorar la oferta que ofrecemos a EE.UU, lo que ha sido muy bien recibido”.
El papel de la contraestación también lo destaca desde Perú Gabriel Amaro. “Es una tremenda ventaja, porque somos complementarios. Por otro lado, los productos peruanos tienen un mercado ya ganado y una aceptación, su calidad es muy apreciada allá. Si no entran o si lo hacen con un sobrecosto por un arancel, le va a costar más caro al consumidor. Y esas medidas son contraproducentes, no creo que el presidente Trump quiera afectar el consumo y el costo para los ciudadanos de su país”, sostiene. Proyectando un escenario con buenas nuevas para los exportadores sudamericanos, Catalina Cohen plantea que “como ya es sabido por la campaña electoral, el gobierno de Trump tomará medidas buscando reactivar el crecimiento económico, favoreciendo aumentar la capacidad de consumo de los norteamericanos. De lograr este objetivo, el consumo de productos frescos aumentará, incluida la uva. Especialmente considerando el conocimiento internalizado por el consumidor final en lo que a fruta respecta, por sus numerosos beneficios nutricionales, sumado a que son productos de primera necesidad”.
Contamos con un TLC que mitiga en parte este riesgo, ya que imponer barreras no sería económicamente ventajoso para Estados Unidos” — ANTONIO WALKER, PRESIDENTE SNA
La creciente relevancia que ha ido tomando el tema de la alimentación saludable, es algo que también menciona Manuel Yzaga. “Las personas quieren comer de forma saludable. En este sentido, el Perú se ha diferenciado en el mercado norteamericano y en el mundo por las características de sus frutos y su gran calidad. Recuerdo que hace veinte años se decía que el Perú sería un jugador muy importante y que se convertiría en la ‘despensa’ del mundo. Hoy, estamos viendo cómo se hace realidad. Todo ello con el objetivo de generar desarrollo y bienestar”.
La exportación de fruta no se detendrá, al contrario, irá en aumento, asegura Héctor Echeverría. “Lo anterior, debido al creciente aumento en consumo de frutas frescas en el mercado americano. Tanto las fresas, naranjas y uvas han tenido un aumento en su consumo, aún lejos del aumento que han tenido las bananas. Tampoco debemos olvidar el alto uso de fruta fresca como arándanos, fresas, zarzamoras en repostería y la preparación de los tan apreciados smoothies. Entonces, en la medida que la economía vuelva a crecer en EE.UU, los ciudadanos aumentarán su consumo; necesitamos que la administración de Trump pueda reinsertar a todos aquellos (estadounidenses) que posterior a la pandemia accedieron a bonos y dejaron de trabajar. En este contexto también se suman campañas de alimentación sana y la importancia de la generación millennial que busca productos saludables, lo que debiera contribuir al aumento del consumo de fruta fresca”.
Ante los anuncios realizados por el presidente electo sobre un posible aumento de un 25% a los aranceles a México, y situándose en ese escenario hipotético, la directora comercial de Frutera Aguas Blancas comenta que “este evento podría generar una condición beneficiosa para la uva chilena, dado que ese país es un competidor durante los meses de abril y mayo. De concretarse, menos volumen ingresaría a EE.UU, mejorando el mercado para nosotros”.
En esta misma variable se detiene el presidente de AGAP, señalando que “evidentemente si hay alguna medida contra algún país competidor del Perú, que coincidamos con esa ventana de producción y de mercado, podríamos tener alguna ventaja nosotros u otro país. Las acciones que tomemos apuntan a buscar al nuevo gobierno para comenzar a trabajar los temas de preocupación de ellos, pero también aquellos de mejoramiento de las condiciones para fortalecer la relación. Como socios comerciales, por los tratados que tenemos, la idea es actuar y colaborar en conjunto, poder ayudar como país a disminuir esas preocupaciones y por otro lado mantener el flujo constante de comercio bilateral”, agrega Amaro.
Sobre las características del presidente que volverá a tener en sus manos los destinos de Estados Unidos, Roberto Vitón invita a “recordar que Trump es sobre todo un hombre de negocios, alguien que siempre busca negociar, y ganar. En este sentido, la impresión general, es que piensa utilizar las tarifas con dos propósitos generales: el primero, y quizás principal, es usarlas como una herramienta para lograr otros fines, como es el conflicto geopolítico con China en virtud de mantener la supremacía industrial, económica, militar frente a la nación asiática, pero también la cuestión de la inmigración y la frontera con México. Por lo tanto, ambos países verán seguramente un impacto inicial fuerte. En segundo lugar, las tarifas son efectivamente un mecanismo de recaudación de impuestos, que es relevante en el contexto de déficits fiscales persistentes y crecientes en los Estados Unidos. En este contexto, cada país proveedor de EE.UU deberá analizar el tablero de negociación y buscar cómo lograr los mejores acuerdos con el país del norte”.
No visualizo un mal escenario, el sector agrícola estadounidense goza de buena salud, las voces de proteccionismo de ayer, hoy no están presentes” — HÉCTOR ECHEVERRÍA, DIRECTOR RELAXIONA INTERNACIONAL
MANTENER LA BUENA SALUD
Cautela ante lo que viene y esperar a ver cómo se va armando el puzzle cuando el presidente Trump haya asumido su mandato, es la reflexión que hoy se repite entre los analistas.
“Insisto que no visualizo un mal escenario, el sector agrícola estadounidense goza de buena salud, las voces de proteccionismo de ayer, hoy no están presentes”, aclara Héctor Echeverría. Y agrega que “distinto sería que asociaciones de productores pidieran más proteccionismo, pero sería contradictorio, ya que a su vez EE.UU necesita continuar con sus exportaciones”.
A su juicio, siempre habrá voces alarmistas, que buscan poner temas que no necesariamente están en la agenda. “Las relaciones comerciales con EE.UU están en muy buen pie, las reglas de acceso y la madurez de nuestro TLC nos pueden dar garantías de que nuestro acuerdo nos protegerá de cualquier idea en esa línea”.
Donde sí podrían activarse las alarmas, de acuerdo al experto, es ante una eventual solicitud a algunos países productores para que revisen su legislación interna. “Trabajo infantil, subsidios distorsionadores de precios, competencia desleal, no desarrollo de agricultura sostenible y sustentable. Acá veo que, si algunos vecinos no hacen las cosas bien, como sí lo ha venido realizando Chile, pueden eventualmente verse sujetos a sanciones”, advierte.
Para Roberto Vitón, está claro que “Trump está planteando una agenda proteccionista, quizás también con una mirada industrialista, para darle vigor a la industria local y específicamente para aislar a China. Será fundamental observar las primeras medidas del nuevo gobierno y también las respuestas que lleguen desde China y eventualmente otros mercados”.
Estamos en un mundo con conflictos geopolíticos y con tensiones socioeconómicas que pueden propiciar cierta retracción a la globalización que vivimos en las últimas dos décadas” — ROBERTO VITÓN, DIRECTOR VALORAL ADVISORS
Si miramos al resto del mundo, agrega, es posible observar cómo el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea también enfrenta dificultades, notablemente en lo que respecta a los productos agrícolas. “Estamos, evidentemente, en un mundo con conflictos geopolíticos y con tensiones socioeconómicas que pueden propiciar cierta retracción a la globalización que vivimos en las últimas dos décadas. El resultado de todo este proceso dependerá de los liderazgos mundiales que tengamos, algo que actualmente no nos brinda mucho optimismo. Sin embargo, dentro de toda esta complejidad, el sector agrícola seguirá siendo aún más crítico y necesariamente deberemos buscar puntos de encuentro entre países proveedores y consumidores”, puntualiza Vitón.