“Los impactos del Systems Approach no se pueden subestimar”
ENTREVISTA | Bernadette Meehan, embajadora de Estados Unidos en Chile

“Los impactos del Systems Approach no se pueden subestimar”

El suelo chileno es el destino de su primera misión como representante del país del norte en el extranjero. En este rol, fue parte de la recta final de un trabajo y negociaciones que se extendieron durante décadas, y que finalmente dieron luz verde al ingreso de uva de mesa chilena sin fumigar a Estados Unidos. Sobre sus implicancias y puesta en marcha profundiza en la siguiente entrevista.


Por Claudia Carranza

La publicación en el Registro Federal de Estados Unidos, en junio recién pasado, marcó la entrada en vigencia del Systems Approach para la uva de mesa chilena producida en las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso. Sin duda un hecho histórico para este tradicional cultivo nacional, que permitirá llevar uvas frescas sin fumigar desde estas zonas a los consumidores del país del norte, su principal mercado, en esta temporada 2024-25.

Se trata de un protocolo largamente esperado, no solo por los productores de este cultivo, sino que por toda la fruticultura nacional. Y Bernadette Meehan, en su rol de embajadora de Estados Unidos en Chile desde julio de 2022, participó en la recta final de esta carrera de largo aliento, que se extendió por más de dos décadas y que anticipa un positivo escenario para la industria local. “Esto representa un gran esfuerzo técnico que realizaron nuestros países y que traerá enormes beneficios para ambos”, precisa.

Sobre las relaciones entre ambos países, Meehan destaca el compromiso mutuo con los principios del libre mercado, el crecimiento económico sustentable, la transparencia, la protección del medio ambiente y la buena gobernanza democrática.

“El comercio bilateral de bienes entre nuestros países se ha más que quintuplicado desde que firmamos el Acuerdo Bilateral de Libre Comercio, TLC, hace veinte años y es la piedra angular de nuestra excelente y próspera relación comercial de casi US$ 50 mil millones, que ha traído prosperidad y beneficios a los pueblos de nuestros países. Me enorgullece constatar que son tantos los sectores y aspectos en los que colaboramos y en los que estamos constantemente evolucionando, creando nuevos caminos para el beneficio de nuestros países, del hemisferio y del mundo”, destaca.

La primera vez que Bernadette Meehan estuvo en Chile, fue de visita durante dos semanas en Punta Arenas, cuando tenía 18 años. Buscando expandir sus horizontes se había inscrito en un programa de intercambio que la trajo a Río Gallegos, en el sur de Argentina, desde donde aprovechó de visitar al país vecino. Entonces supo que algún día volvería, aunque nunca imaginó que sería como representante diplomática de su país en tierra chilena.

Para comenzar, ¿cómo describiría la relación bilateral entre Estados Unidos y Chile?

Con mucha satisfacción y entusiasmo puedo decir que nuestras relaciones son muy estrechas y que nos consideramos socios y amigos cercanos con Chile. Nuestra relación se basa en los valores e historia que compartimos de manera profunda y, tras el bicentenario de las relaciones oficiales que celebramos el año pasado, creo importante destacar que ésta es aún más sólida. Me siento muy afortunada y honrada de estar representando a mi país en Chile pues ambas naciones estamos trabajando de manera conjunta en una diversidad de ámbitos que abarcan tantos aspectos fundamentales, como son promover la democracia y el estado de derecho, preservar y proteger los derechos humanos, favorecer la inclusión social y la equidad, abordar el cambio climático y la conservación de los océanos, fomentar la innovación tecnológica y lograr la seguridad global.

¿Cuáles son los puntos principales de la agenda colaborativa entre ambos países y qué rol tiene la agroindustria y el sector frutícola?

Nuestra agenda bilateral es amplísima y abarca una multiplicidad de áreas, que van desde el comercio, la ciencia, el medio ambiente, la seguridad, la asistencia humanitaria, la educación, la salud pública, el emprendimiento y la innovación, la cultura y tanto más. También es importante destacar el convenio tributario bilateral integral entre Estados Unidos y Chile, firmado el año pasado, que reduce las barreras impositivas a la inversión transfronteriza entre nuestros dos países.

En cuanto al comercio bilateral de productos agroalimentarios entre Estados Unidos y Chile, deseo recalcar que en 2023 éste llegó a los US$ 7.600 millones. Nuestro comercio bilateral incluye una gran variedad de productos, como salmón, vino, carne de vacuno, pollo y pavo y, por cierto, frutas frescas. En 2023, Chile envió más de US$ 1.150 millones de diversas frutas frescas a Estados Unidos. Mi país es el principal destino de exportación de especies como las uvas, arándanos, mandarinas, limones, naranjas y manzanas, entre otros. En lo que respecta a la industria frutícola, la reciente aprobación del mecanismo del Systems Approach para la uva de mesa chilena es una muestra más de la excelente relación comercial bilateral. Esto representa un gran esfuerzo técnico que realizaron nuestros dos países y que traerá enormes beneficios para ambos.

“Me enorgullece constatar que son tantos los sectores y aspectos en los que colaboramos y en los que estamos constantemente evolucionando.”

A su juicio, ¿cuál es la importancia del Systems Approach y el impacto que tendrá para ambos países?

Este es un tremendo hito y un gran logro, tanto para Chile como para Estados Unidos. Estoy muy contenta de que hayamos alcanzado este éxito, en el que tantas personas trabajaron tan duro por cumplir esta hazaña.

Este logro responde a un trabajo coordinado de múltiples actores de ambos países. El liderazgo del ministro Esteban Valenzuela y su equipo del Ministerio de Agricultura hizo posible este resultado, coordinando múltiples agencias gubernamentales de ambos países y vinculando a nuestros colegas en el sector privado. La subsecretaria Claudia Sanhueza y su equipo en la Subrei se preocuparon de atender nuestras preocupaciones y asegurar el resguardo del comercio robusto entre Chile y Estados Unidos. Por su parte, la senadora Yasna Provoste y el senador Rafael Prohens relevaron la importancia que tenía este protocolo para la Región de Atacama y escucharon nuestras preocupaciones sobre el acceso al mercado de nuestros productos. Desde la industria, nuestros amigos de Frutas de Chile y Fedefruta, se esforzaron en defender este tema durante casi dos décadas. Tengo la satisfacción de que, con la culminación de este proceso de más de veinte años de negociaciones entre las autoridades fitosanitarias de nuestros dos países, mejorará el acceso de la uva de mesa chilena al mercado estadounidense. Pero, sobre todo, estamos sumamente felices por todos los beneficios que aporta este protocolo.

Estados Unidos es el principal mercado para la uva de mesa chilena. Esta industria exporta cada año más de US$ 400 millones de uvas a Estados Unidos. Es importante destacar que más de 1.500 productores de las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso se beneficiarán del Systems Approach. En conjunto, estos productores cultivan quince mil hectáreas de uva y emplean a más de cincuenta mil trabajadores. Los impactos de esta medida no se pueden subestimar. Estamos seguros de que el éxito de la industria exportadora de frutas beneficiará a estos productores y a muchos otros vinculados a las frutas chilenas.

¿Cómo cree que recibirán el Systems Approach los consumidores y los productores estadounidenses?

Para nosotros, en Estados Unidos, es un privilegio contar con uvas de mesa de alta calidad durante la contraestación, para que nuestros consumidores puedan disfrutar de productos deliciosos y saludables durante todo el año. Estoy segura de que la uva chilena será muy bien recibida. Además, deseo destacar que el Systems Approach permitirá a Chile solicitar, por primera vez, el envío de uvas orgánicas al mercado estadounidense, algo que, sin duda, beneficiará a millones de consumidores estadounidenses.

Por otro lado, en Estados Unidos tenemos mucha producción de fruta fresca y de especies similares a las que tiene Chile. Por ejemplo, en el estado de California hay producción de uva de mesa; en Oregon, de cerezas; y en Washington, de arándanos. Nuestros productores tienen acceso al mercado chileno y ofrecen sus productos durante el invierno chileno. Recientemente, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) publicó una norma que permite la exportación de arándanos de todos los estados de Estados Unidos a Chile. Anteriormente esto estaba limitado solo a tres estados. Nuestra buena relación comercial facilita el acceso al mercado para nuestros productores y permite a los consumidores, tanto de Chile como de Estados Unidos, disfrutar de frutas frescas durante prácticamente todo el año.

Una vez que entre en funcionamiento, uno de los focos estará en la supervisión y cumplimiento de los protocolos que implican la implementación del Systems Approach. ¿Cómo proyecta esa siguiente etapa?

Nuestra sección del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en la embajada y el equipo del programa de preembarque están desarrollando un plan de trabajo en conjunto con el SAG y Frutas de Chile para implementar el Systems Approach para la uva de mesa en Chile. Este equipo tiene la enorme responsabilidad de garantizar que las uvas de mesa chilenas lleguen a los Estados Unidos libres de plagas, protegiendo así nuestra propia industria frutícola. Estoy segura de que las competencias técnicas y la colaboración entre estas instituciones van a conducir a que tengamos un programa muy exitoso de exportación de uva de mesa hacia Estados Unidos.

Cada año Chile exporta uvas a Estados Unidos por más de 400 millones de dólares. En 2023 Chile envió más de US$ 1.150 millones de frutas frescas a EE.UU.

PRÓXIMOS DESAFÍOS

¿Qué otros factores considera determinantes para el éxito de este protocolo?

Los protocolos de Systems Approach ya están implementados y operando para gran parte de las exportaciones frutícolas chilenas que van a Estados Unidos. Tenemos bastante experiencia en la implementación exitosa de este protocolo para otras especies, como cítricos, arándanos y kiwis. Existen múltiples factores que asegurarán el éxito de este protocolo. Por ejemplo, la cooperación técnica entre el USDA y el SAG es fundamental para coordinar las acciones del protocolo e implementar un plan de trabajo específico para la uva de mesa. Además, la colaboración de la industria frutícola, tanto productores como exportadores, para que se cumplan todos los requisitos técnicos también representa un punto crítico. Nuestros equipos trabajan constantemente para asegurar que se cumplan los estándares y estoy segura de que en el caso de la uva de mesa también tendremos una experiencia exitosa de implementación.

“Estoy segura que las competencias técnicas y la colaboración entre USDA, SAG y Frutas de Chile van a conducir a que tengamos un programa muy exitoso.”

¿Cuál es el siguiente desafío si hablamos de la agroindustria y las proyecciones para el sector desde la óptica de las relaciones bilaterales entre EE.UU y Chile?

Continuamos enfocados en explorar nuevas oportunidades de colaboración y crecimiento ya que, como siempre lo reitero, somos socios y amigos cercanos de Chile. Estados Unidos está comprometido a trabajar estrechamente con Chile en todos los ámbitos. Creo importante recalcar que Estados Unidos sigue siendo la principal fuente de inversión extranjera directa de Chile. Además, actualmente es el destino de exportación número uno para las pymes de Chile y para las empresas lideradas por mujeres, y Chile se encuentra entre las quince principales fuentes de inversión extranjera directa de más rápido crecimiento en Estados Unidos. También me parece importante subrayar que la inversión estadounidense va más allá de las cifras principales que se mencionan; se basa en el respeto de los valores que compartimos, en los principios de libre mercado y el buen gobierno democrático.

Otro punto importante es que las empresas estadounidenses agregan valor y tienen un efecto multiplicador en Chile al crear buenos empleos para los chilenos, transferir tecnología y habilidades de manera responsable y estimular la innovación. Contribuyen a sus comunidades locales a través de programas de responsabilidad social corporativa en áreas tan diversas como la educación, la promoción de la inclusión social y la prosperidad, la protección del medio ambiente, por nombrar algunas. El comercio bilateral ha sido un pilar fundamental de esta relación a lo largo de más de doscientos años, impulsando el crecimiento económico y fomentando la prosperidad de ambos países. Hacia allá continuaremos proyectando nuestro futuro.

Más de 1.500 productores de Atacama, Coquimbo y Valparaíso se beneficiarán del Systems Approach.

Después de un tiempo viviendo en Chile, ¿cómo describiría al país?

Vivir en Chile ha sido una experiencia maravillosa y estimulante. Es fascinante recorrer y conocer un país tan diverso, con tanta gente acogedora y con una geografía tan sorprendente. En el caso frutícola, he visto de cerca tanto la producción como el proceso de packing y el envío de frutas frescas y procesadas. A principios de este año, por ejemplo, visité un huerto de cerezas en el área de Rancagua y pude probar in situ las deliciosas cerezas chilenas. Además, pude ver cuánta tecnología y esfuerzo se utilizan en el proceso de empacado para su exportación a Estados Unidos.

A fines de junio pasado visité Copiapó para la ceremonia de aprobación del Systems Approach y pude conversar y escuchar directamente desde la industria cuán importante fue este hito y, en septiembre, tuve la oportunidad de ir la Región del Biobío con ocasión del Día del Arándano. Y, por sobre todas las cosas, disfruto mucho un clásico de los postres estadounidenses, el apple pie o tarta de manzana, preparada con las exquisitas manzanas chilenas. Es la combinación perfecta de una delicia estadounidense-chilena de fruta.