Si el siglo XX financió al agro con papel —pagarés, facturas, warrants—, la década de 2030 apunta a una revolución digital basada en “liquidez programable”. La tokenización, que consiste en convertir activos reales —como productos, contratos o propiedades— en versiones digitales seguras que se registran en una red blockchain imposible de alterar, permite fraccionar, negociar y liquidar transacciones casi al instante: desde un quintal de arroz hasta un flujo de caja futuro por exportación de arándanos.

El impacto es claro: menos fricción, más financiamiento y una nueva gobernanza de datos que premia la productividad y la sostenibilidad. Según Global Marketing Insight (2024), “se estima que el mercado de blockchain en la agricultura y la cadena de suministro de alimentos registrará una tasa de crecimiento anual compuesto superior al 36,2% entre 2024 y 2032, para alcanzar los 4.600 millones de dólares en 2032”.
En el plano macroeconómico, los organismos multilaterales están redoblando su apuesta. En octubre de 2024, el Banco Mundial anunció que duplicará su financiamiento agrícola, alcanzando US$ 9.000 millones anuales hacia 2030, con foco en digitalización y herramientas de mitigación de riesgos para atraer capital privado hacia el sector.
En paralelo, el Foro Económico Mundial, en su reporte de mayo de 2025 titulado “Asset Tokenization in Financial Markets: The Next Generation of Value Exchange”, posiciona la tokenización como una vía estratégica para abrir mercados, aumentar la transparencia y mejorar la eficiencia en la propiedad de activos.
Para que este nuevo modelo financiero escale de forma segura, se requiere una infraestructura compartida y confiable. El Bank for International Settlements (BIS) propone una arquitectura basada en un “unified ledger” —un libro contable unificado donde coexistan depósitos tokenizados, bonos y dinero de banco central—. Esta innovación promete reducir los riesgos de liquidación y bajar el costo de capital, sentando las bases de una nueva economía agrícola digital, más conectada, ágil y resiliente.
¿QUÉ SIGNIFICA PARA EL AGRONEGOCIO LA TOKENIZACIÓN?
Capital de trabajo digitalizado y automatizado
La tokenización permite convertir instrumentos tradicionales —como contratos de compra (forward), facturas o warrants de bodega— en tokens digitales programados con reglas de pago y garantías automatizadas. No se trata solo de representar un contrato en formato digital, sino de hacer que el propio token ejecute las reglas automáticamente, sin intervención manual ni intermediarios. Esto garantiza cumplimiento, acelera la liquidez y reduce el riesgo operativo, al tiempo que abre nuevas vías de financiamiento ágil y transparente.
Acceso a activos productivos fraccionados
Permite dividir activos reales — como sistemas de riego, maquinaria o plantas de proceso— en “tokens de participación”. Cada token representa una fracción de ese activo y puede generar ganancias según el rendimiento del proyecto (por ejemplo, una parte de las utilidades de una planta).
Esto propicia que más personas o inversionistas puedan participar en el financiamiento del agro sin tener que comprar todo el activo completo.
Además, como mostró un estudio del Banco Mundial en 2023, este modelo hace que el financiamiento sea más eficiente, barato y fácil de mover en mercados secundarios (es decir, se puede vender o transferir más rápido y con menos costos).
Inventarios como garantía viva
La tokenización de inventarios (granos, fruta procesada, entre otros), combinada con sensores IoT, permite una verificación continua y reduce el riesgo asociado a los colaterales. Según Foods (2024), el mercado de soluciones de trazabilidad digital y blockchain en el agro crece a gran velocidad, impulsado por la transparencia y el cumplimiento regulatorio. Cada lote se convierte en un dato verificable, minimizando fraudes y optimizando logística y financiamiento.
Créditos de carbono trazables y verificables (D-MRV)
El principal obstáculo para monetizar servicios ecosistémicos ha sido la medición y verificación. La guía del Banco Mundial (febrero 2025) sobre MRV (Monitoring, Reporting and Verification) y D-MRV (Digital Monitoring, Reporting and Verification) destaca el uso de sensores, satélites y blockchain para garantizar integridad y reducir costos. Estas herramientas entregan Tokenizar no es una moda cripto, sino una nueva forma de gobernar datos para atraer capital y crear valor real. trazabilidad cuantificable, permitiendo que productores agropecuarios y forestales moneticen sus reducciones y atraigan capital verde. El sistema MRV implementado en Costa Rica es hoy un referente regional.

Cumplimiento normativo y trazabilidad de origen
La FAO y la OCDE advierten que la digitalización del agro y la trazabilidad en las cadenas alimentarias serán claves ante las nuevas exigencias internacionales (deforestación, diligencia debida, etc.). Tokenizar “pasaportes de producto” —que integran datos de georreferenciación y prácticas agrícolas— permite vender con prima (por encima del precio base del commodity) y acceder a financiamiento verde, fortaleciendo la competitividad exportadora.
Tokenizar no es una moda cripto, sino una nueva forma de gobernar datos para atraer capital y crear valor real.
DEL DATO AL CAPITAL: EL VERDADERO PODER DE LA TOKENIZACIÓN
La reflexión es clara: tokenizar no es una moda cripto, sino una nueva forma de gobernar datos para atraer capital y crear valor real.
Entre 2026 y 2030 veremos pools sectoriales para financiar riego y postcosecha, warrants tokenizados con telemetría, y créditos de suelo validados mediante D-MRV.
En este escenario, quien logre estandarizar pasaportes digitales por lote y cumplir con las exigencias de trazabilidad de la FAO y la OCDE podrá vender con prima y acceder a financiamiento verde.
El liderazgo empresarial del futuro exigirá nuevas métricas de desempeño: medir primas por sostenibilidad, competir por costo de capital y no solo por precio.
Los líderes actuales gobiernan datos, estandarizan procesos y exigen infraestructura regulada; los líderes del mañana, en cambio, necesitarán orquestar alianzas, desplegar MRV digital y construir ecosistemas de finanzas abiertas.
Su desafío será diseñar mercados confiables, donde cada dato verificado funcione como colateral y cada token habilite acceso a financiamiento, primas y resiliencia climática. En definitiva, el futuro del agro se escribe en código: cada dato verificable se transforma en confianza, y cada token confiable, en valor.

