Hace unos años, el cultivo de la palta en Chile fue objeto de intensas críticas, acusado de ser responsable de la escasez hídrica en la zona de Petorca, valle ubicado a 220 kilómetros al norte de Santiago. Sin embargo, el estudio realizado por el Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe (CAZALAC), bajo el patrocinio de la UNESCO, ofreció una perspectiva diferente.
Este informe, titulado “Estado del arte ambiental de plantaciones de Persea americana Mill en Chile”, concluyó que, cuando se manejan adecuadamente, los cultivos de palta pueden ser no solo sostenibles, sino que contribuyen a la biodiversidad de los ecosistemas.
El estudio fue liderado por el destacado geógrafo e hidrólogo Elir Rojas, y se basó en dos años y medio de trabajo en terreno (2019-2021), análisis de datos y observación directa de las prácticas de manejo del cultivo.
En esta entrevista, Rojas produndiza en sus investigaciones, pero además desmonta mitos y deja claro por qué el debate en torno al impacto de la actividad agrícola no puede basarse en creencias instaladas, sino en evidencia científica.
¿En Chile la sostenibilidad de la palta es reciente o su cultivo lo fue desde los comienzos?
En Chile la producción de palta ha sido sostenible y resiliente desde sus orígenes. Y no solo la palta, sino toda la producción de alimentos. La “Persea americana Mill” (palta Hass) fue traída a Chile desde California el año 1949. En el Huerto California, comuna de Quillota, aún es posible ver y tocar esos árboles de 75 años y, además, disfrutar de sus frutos.
Desde entonces, los bosques de paltos chilenos han enfrentado numerosas sequías, y sus productores han debido sobrellevar la situación aplicando tecnología de punta, como el riego tecnificado, lo cual requirió de ingeniería hidráulica, agronómica, informática, geología y geografía, como disciplinas integradas y cooperantes entre sí, para innovar y lograr buenos resultados en suelos áridos, semiáridos o con otras dificultades.
Sin embargo, el dilema persiste: un cultivo exitoso es altamente dependiente de un recurso escaso como el agua.
Aquella afirmación nos lleva a preguntas como: ¿Qué alimento para ser exitoso no depende del agua? ¿El agua es cada vez más escasa o es un problema de gestionar bien lo que está disponible? ¿Por qué la discusión pública en Chile ha puesto el foco en la palta y no en la cantidad de agua -muy superior- que se gasta, por ejemplo, en producir bebidas alcohólicas y de fantasía? ¿Es lógico cuestionar un producto que aporta grandes beneficios alimenticios y de salud y no hacerlo con otros que generan graves problemas sociales?
El centro de la discusión debiera ser la correcta gestión del agua, y en la producción agrícola el objetivo es, precisamente, lograr una buena fruta o verdura con eficiencia en el uso de recursos como el agua y el suelo.
El dilema sobre nuestros recursos hídricos lleva décadas en análisis, discusiones políticas y técnicas. El dilema es que hemos cruzado varios gobiernos y la dispersión de servicios y recursos financieros en el aparataje fiscal sigue siendo el mismo y sin soluciones. La cantidad de seminarios y talleres en al menos veinte años no muestran que las conclusiones o soluciones planteadas se apliquen.
En consecuencia, tenemos un dilema político, de voluntad de aplicar soluciones y reducir la “burocracia del agua” que, paradoja mediante, nos tiene ahogados con tierra. Los proyectos de embalses, plantas desalinizadoras, medición de volúmenes de agua en acuíferos, reutilización de aguas siguen estancados. Tecnología sobra, es cosa de preguntarse de dónde obtiene agua la tripulación de una estación espacial, para tener una referencia de escala de sistemas complejos para producir agua.
Agua tenemos, también la tecnología y especialmente dotaciones de profesionales y técnicos para implementar soluciones a la brevedad.
Tú promueves y te has involucrado con decisión en el incremento de las áreas silvestres protegidas en el entorno de los bosques de palta Hass. ¿Por qué es importante?
El estudio que realizamos con CAZALAC (escanear QR) nos permitió descubrir y verificar una relación positiva entre el bosque de paltos y la fauna y avifauna que habita en esos sectores, especialmente por la ubicación en zonas semiáridas con sequía. El bosque de paltos aporta humedad, agua, alimento (la palta), regenera y recupera suelos degradados y también protección a dicha fauna, ya que cada productor establece procedimientos para sus trabajadores ante la presencia de algún animal silvestre.
A la fecha, está verificada la presencia de pumas, zorros, águilas, tucúqueres, yakas y otras especies nativas protegidas al interior del bosque de paltos como en su entorno, comiendo paltas, bebiendo agua o instalando madrigueras y nidos. Durante cinco años se han monitoreado los hábitats en el entorno inmediato de los cultivos de paltos e instalado “cámaras trampa” que tienen un registro visual que nos muestra una fauna sana y, sobre todo, protegida.
En consecuencia, establecer “áreas silvestres protegidas privadas” en el entorno de los cultivos de paltos constituye una acción de conservación y preservación efectiva, de acuerdo a los tratados internacionales vigentes y de la propia legislación nacional (Ley Nº 20.930).
Por otro lado, también varios productores de paltos han comenzado a definir sus áreas de protección, en algunos casos con cientos de hectáreas de bosque nativo esclerófilo y formaciones xerofíticas, siguiendo las recomendaciones y conclusiones del estudio.
La sustentabilidad en este caso ha sido recibida y aplicada por los productores del Comité de Palta Hass de Chile como un eje de sus acciones, lo cual es necesario reconocer, sumado a un plan para definir sus inventarios de flora y fauna, aportando a conservar el patrimonio en biodiversidad del país.
“¿Por qué la discusión pública en Chile ha puesto el foco en la palta y no en la cantidad de agua -muy superior- que se gasta en producir bebidas alcohólicas y de fantasía?”
¿Las investigaciones han logrado establecer la capacidad de los bosques de paltos para capturar CO2 y aportar humedad en zonas áridas y semi áridas?
Es necesario invertir más en I+D. Debemos crear metodologías, protocolos y formar profesionales en la medición de captura de dióxido de carbono para establecer sumideros y reservorios de CO2 en bosques, suelos y cuerpos de agua donde existen paltos y otros cultivos. Todo esto con el objetivo de tener capacidades nacionales propias para las certificaciones correspondientes. El país es parte de la OCDE y ello demuestra que tenemos capacidades en diversas áreas para tener nuestros propios métodos y parámetros. Las realidades geoclimatológicas varían incluso en una cuenca, por ello cuando los certificadores aplican métricas o parámetros desarrollados en otros países o continentes que están alejados de nuestra realidad se generan posiciones sesgadas por parte de algunas empresas que venden los servicios de certificación.
Pueden existir patrones o sistemas de medición generales (internacionales), pero requieren ser aplicados de acuerdo a la situación de cada unidad territorial donde se mide el CO2 atmosférico, captura, sumideros y reservorios. En la actualidad, el énfasis se ha puesto en medir “emisiones”, pero, ¿qué pasa con captura de CO2 en propiedad fiscal o privada?
Para ello es necesario invertir en I+D y desarrollar nuestras propias capacidades. Al respecto vale preguntarse: ¿Medir captura en una formación xerofítica en algún sector de la provincia de Parinacota es lo mismo que en una formación esclerófila en Hijuelas, o en un bosque de Nothofagus? ¿Algunas formaciones xerofíticas con quince años de sequía en proceso de degradación están capturando o emitiendo CO2? ¿Cuánto CO2 generan los vehículos de organismos fiscales y cuánto es la captura en áreas silvestres protegidas del Estado? Si a nosotros como ciudadanos, o en general al sector privado, se nos dice que debemos “reducir nuestras emisiones”, ¿la contraparte fiscal (Gobierno, Congreso y Poder Judicial) está midiendo y reduciendo sus “huellas”?
Al respecto, he realizado desde octubre del 2024 mediciones de CO2 atmosférico en bosques de paltos, bosques nativos esclerófilos, en zonas urbanas, en el Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, para analizar la presencia de este elemento natural en ambientes donde habitamos o desarrollamos actividad agrícola o de conservación y recreación. Experiencia sobre mediciones de captura de CO2 existen en el país, aunque requieren ser actualizadas y sistematizadas.
¿Cuán importante es la acción colaborativa de productores y exportadores?
La colaboración es absolutamente necesaria, porque el exportador y productor deben estar en sintonía con los requerimientos de los mercados internacionales, donde los aspectos de biodiversidad y conservación son considerados por el consumidor final. Sumaría en esta relación colaborativa a quienes realizamos investigación, y a ustedes, los medios de comunicación que informan sobre un fruto ícono de la cultura y hábitos alimenticios. La acción colaborativa implica, por ejemplo, que los exportadores también aporten al desarrollo de I+D.
“La acción colaborativa implica, por ejemplo, que los exportadores también aporten al desarrollo de I+D”
¿Qué se necesita para que la palta sudamericana siga siendo viable y competitiva en el largo plazo?
Fortalecer el intercambio Sur-Sur de productores y exportadores en cuanto a experiencias de producción, investigación aplicada, tecnología de riego y aportar a la conservación de biodiversidad, sobre la base de la historia de setenta y cinco años en Chile de producir palta Hass. El año pasado presenté en el Global Avocado Summit el ABC de la palta: Agua + Biodiversidad + Conservación = Palta sustentable. Sumemos ahora la capacidad de captura de CO2. En consecuencia, si tomamos estos parámetros para la palta que se produce en Sudamérica, será no solo viable y competitiva, será un fruto de mayor valor en los mercados internacionales.
¿La experiencia chilena puede extrapolarse al resto de la región?
Sin duda. La sequía es un fenómeno presente en todo el continente, y el modelo de gestión, sostenibilidad y alianzas que existe en Chile -que tiene décadas de experiencia- es posible de replicar en los demás países productores de Sudamérica.
Elir Rojas Calderón ha sido consultor en desertificación y cambio climático del Congreso Nacional de Chile, el PNUD y la Unión Europea, entre otros organismos nacionales e internacionales.