El día comienza temprano en el mercado de Azadpur. El aroma de la fruta fresca se mezcla con el bullicio de los compradores y el incesante voceo de los comerciantes. Entre los cerros de frutas y verduras, unas cajas de manzanas, con su colorido brillante y sensual, llaman la atención de Neesha, una joven de mirada hipnótica y cabello oscuro como su nombre (noche). Como miles de consumidores indios, Neesha se ha dejado seducir por la belleza de esta variedad, tan roja como el bindi que adorna su frente. No sabe que es importada, ni menos que recorrió 17 mil kilómetros para llegar hasta su cesta. A pesar de que su país posee una rica tradición en variedades autóctonas, el dulzor y la apariencia de cuento de la manzana chilena hace rato conquistaron su paladar y su corazón. Tres minutos antes, medio kilo de kiwis había entrado en su jhola o canasta. Al igual que las manzanas, fueron madurados y cosechados en los fértiles valles del país andino. La pulpa suculenta y refrescante de este fruto proporciona más que una sensación de placer al paladar indio. Convertido en símbolo de lo saludable, ha conectado con la espiritualidad y el misticismo de su cultura: “Tu alma es lo que comes. Si comes bien, tu alma estará bien”. Es la forma hinduista de mantener un buen karma, esa energía que define tus acciones y determina cómo te reencarnarás tras tu muerte. Y aquello, Neesha sí que lo sabe.
El icónico mercado de Azadpur, en Nueva Delhi, una colmena humana en constante ebullición, ha sido testigo de la evolución de los gustos y preferencias de los consumidores indios a lo largo de los años. Si bien es un mercado mayorista, son muchos los consumidores que, como Neesha, recorren sus callejuelas buscando comprar al detalle.
En la última década, un especial romance ha florecido entre los paladares indios y la fruta chilena, en particular con manzanas y kiwis, a los que se han sumado uvas, ciruelas, arándanos y últimamente las cerezas. Eso en lo que respecta a fruta fresca, porque nueces y ciruelas deshidratadas también están incursionado con éxito en este mercado. Especialmente las primeras, para las cuales India representa su principal destino de exportación.
Pero, ¿qué ha provocado este idilio entre la fruta chilena y los consumidores indios? La respuesta reside en una combinación de factores culturales, cambios en el estilo de vida y, cómo no, la influencia de las redes sociales, que han jugado un papel crucial en la popularización de estas frutas. Las fotos de atractivas recetas a base de frutas chilenas han inundado las plataformas digitales, activando el deseo en los consumidores indios más jóvenes y curiosos.
Ya sea por razones espirituales o de salud, en India el 30% de las mujeres y el 22% de los hombres se declaran vegetarianos, y alrededor del 90% de la población consume vegetales a diario. ¡Y adoran las frutas!, aún más después de la pandemia, siendo las más populares las manzanas, los plátanos y las uvas, pero siempre abiertos a seguir probando nuevas experiencias.
Con este luminoso horizonte a la vista, el presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex), Iván Marambio, sabe que la fruta chilena tiene un enorme potencial de crecimiento en este mercado, convicción que pudo refrendar en las misiones de prospección realizadas en junio y agosto. “Es una economía en pleno desarrollo, con una clase media que se fortalece y aumenta su poder adquisitivo. Actualmente este segmento equivale a más de 200 millones de personas y se calcula que en dos años la cifra se va a duplicar, por lo tanto tenemos que estar preparados y empezar a trabajar desde ya abordando las diferentes aristas de este mercado”.
Lo interesante, agrega Marambio, es que los esfuerzos se están haciendo de forma mancomunada, con una activa participación del sector público. “Acá se necesita el rol del Estado y afortunadamente el gobierno -a través de ProChile, la embajada y la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei)- está trabajando de manera intensa en desarrollar a India como un mercado relevante para las exportaciones chilenas”.
UN ROMANCE INCIPIENTE
Advirtiendo el potencial, y en el marco de la estrategia de explorar nuevos mercados, el gobierno del presidente Boric definió a India como mercado prioritario, lo que implica intensificar las acciones de posicionamiento y construir una alianza que permita convertir a Chile en un aliado estratégico de la nación asiática.
Poniendo la pelota al piso, hay que decir que las exportaciones de fruta chilena a India son todavía incipientes. Actualmente los envíos al país de Bollywood alcanzan las 50 mil toneladas, es decir menos del 2% de las exportaciones totales, que ascienden a más de 2.6 millones de toneladas de fruta por temporada.
Sin embargo, la tendencia abona las expectativas. Esto porque las exportaciones chilenas no cobre a India crecieron de US$ 343 millones en 2018 a US$ 400 millones en 2022. Y tres frutas figuran entre los productos más exportados: manzanas (5º), kiwis (6º) y cerezas (11º).
Por otra parte, en los últimos años India ha experimentado un incremento significativo en las importaciones de frutas no tropicales, pasando de 393.350 toneladas en el período 2019-2020, a 715.792 toneladas en la temporada 2021-2022. Y en este escenario, Chile ha logrado posicionarse como uno de los principales proveedores de manzanas, con una participación del 12% en el total importado, seguido por peras con un 7%, kiwis con un 25% y cerezas con un 46%. Por su parte, las ciruelas chilenas hoy representan el 10% de las importaciones de esta fruta, mientras que las uvas de mesa el 5% y los arándanos el 13%.
Tanto analistas como actores involucrados coinciden en que las posibilidades de la fruta chilena en India son excepcionalmente ventajosas. No obstante, para capitalizar las oportunidades queda un largo camino por recorrer.
“India es un mercado fascinante y en constante cambio, que destaca por tener consumidores exigentes con un amplio conocimiento en productos importados, razón por la cual sus estándares son elevados, llevándolos a demandar productos de calidad y de alto valor agregado”, describe la directora comercial de Chile en India, Marcela Zúñiga, quien lidera dos oficinas en la nación asiática: en Nueva Delhi y otra recién inaugurada en Mumbai, capital del estado de Maharashtra, uno de los principales núcleos comerciales del país.
La funcionaria de ProChile agrega que las frutas chilenas, gracias a su calidad superior, han logrado conectar con esta demanda, posicionándose entre los importadores locales. El reto ahora es “conseguir que el público que busca este tipo de productos, principalmente consumidores indios y extranjeros de clase media y alta, sepan que la fruta que están eligiendo viene de Chile”.
Si bien la fruta chilena es muy valorada -apunta Zúñiga[1]aún no es posible que la población india reconozca su origen. “El desconocimiento que hay de nuestro país se debe a muchos factores. Es por esto que nos hemos planteado cambiar este panorama, impulsando distintas iniciativas que nos permitan darnos a conocer en este mercado”.
Una de estas iniciativas es “Chile is not Chili”. Lanzada en 2022 y protagonizada por el influencer local Gurpreet Singh Tikku, la campaña busca informar y educar a los consumidores indios sobre Chile, aclarando de paso la confusión generada por el alcance de nombre entre el país y la denominación que recibe el ají en buena parte del mundo.
Iván Marambio complementa que hasta ahora las exportadoras se han enfocado en el trader, el wholesale y el retail, es decir en quienes ponen el producto a disposición de los consumidores. “Para que el origen adquiera relevancia para el consumidor debe estar vinculado a un atributo diferenciador”, sostiene el líder de Asoex, que además preside el Consejo Empresarial Chile[1]India. “Actualmente como país tenemos una imagen neutra y necesitamos trabajarla. Nos falta dar con ese atributo que nos distinga. A mí me gusta ‘sustentabilidad’, porque hoy los países que tienen la posibilidad de crecer siendo sustentables son muy pocos, y Chile es uno de ellos. Esto el consumidor lo está valorando y lo va a valorar aún más si somos capaces de promoverlo bien”.
KIWIS TIRAN EL CARRO
Teniendo en consideración el tamaño y diversidad de la población india, ProChile ha concluido que no es posible enfrentarse a ella con una estrategia única, “sino que debemos entender que cada ciudad es un mundo en sí mismo, muchas veces con subculturas y dialectos que requieren de un enfoque particular”, plantea Marcela Zúñiga.
Por esta razón, en el caso de la fruta chilena se está apuntando a un segmento específico: las clases media y alta, que actualmente concentran más de 260 millones de consumidores, equivalente a un 20% de la población. “Estamos desarrollando campañas de promoción dinámicas, impulsadas por Asoex y Chilenut (ver recuadro pág. 32), con influencers que interactúan con el público en redes sociales, así como iniciativas que se realizan en puntos de venta, tanto de ferias libres como de tiendas especializadas, para así aumentar nuestro alcance”.
A través del trabajo exploratorio, se ha descubierto que ciertas frutas chilenas no son universalmente conocidas por el público indio, “es por esto que debemos mostrar, a través de cooking shows y preparaciones online, en qué tipo de platos pueden incluirse y otras alternativas de consumo”, agrega Zúñiga.
Iván Marambio coincide en la importancia de desarrollar las ocasiones de consumo, las cuales, dice, aún son limitadas. “Primero, debemos consolidar las dos clásicas: en torno al desayuno, almuerzo o comida, y como snack. Ya en una segunda etapa debiéramos trabajar ocasiones más sofisticadas, por ejemplo incorporadas a la gastronomía, e incluso como gift, tal como lo hemos hecho en el mercado chino con la cereza”.
“El reto es conseguir que el consumidor indio sepa que la fruta que está eligiendo viene de Chile”. Marcela Zúñiga, directora comercial de Chile en India
El pionero y emblema en estas acciones ha sido el kiwi. Hasta 2015 India era un mercado menor para el kiwi chileno, con poco más de 800 toneladas por temporada. Sin embargo, los estudios realizados por el Comité del Kiwi de Asoex arrojaron que era un destino que había que potenciar, “e hicimos la apuesta de crecer con acciones de promoción, cosa que no habíamos estado haciendo casi en ninguna otra parte”, relata el presidente del Comité, Carlos Cruzat. El “llamado a la acción” fue hasta cierto punto inesperado, y vino de una recomendación realizada nada menos que por los médicos indios: consumir kiwi fortalece el sistema de defensa por su alto contenido de vitamina C, lo que lo convierte en un gran aliado en la prevención de enfermedades como el dengue. “Esto hizo match con nuestra búsqueda de nuevos mercados. Era una tremenda oportunidad que no podíamos dejar pasar”.
Desde entonces el ascenso ha sido constante, pasando de las 800 toneladas de 2015 a las más de 14 mil que se exportaron la temporada pasada. Con estas cifras, el mercado indio pasó a representar entre un 8 a un 10% de las exportaciones chilenas de kiwi a nivel global. “Es un mercado importante, hoy recibe volúmenes similares a Italia, Holanda y Brasil”, destaca Cruzat. Cabe señalar que el principal destino del kiwi chileno es Estados Unidos, con un 15 a un 18% del total exportado.
“El kiwi es un producto que hay que introducir en los gustos y preferencias de la población, y eso toma mucho tiempo. Hoy al consumidor indio lo estamos cautivando más por salud que por sabor”. Carlos Cruzat, presidente Comité del Kiwi
A la luz de los resultados, varios actores concuerdan en que uno de los grandes aciertos de Asoex fue traer a las cadenas de supermercados de India a visitar y conocer Chile, instancias en que se les presentó la gran diversidad de frutas disponibles que podían ser de su interés. “Sin duda ayudó, y en el futuro este mercado debería seguir creciendo. En India hay muchos supermercados 100% vegetarianos, que no venden nada de carne ni derivados. Es una tremenda oportunidad para el mundo de la fruta, que tenemos que saber aprovechar”, señala Cruzat.
INFLUENCERS FOR CHILE
Como se dijo, India es un mercado inconmensurable, imposible de abordar con una estrategia única. Por lo tanto -plantea Marcela Zúñiga- la aproximación comercial debe ser multicanal, considerando su diversidad cultural, la densidad de la población y los distintos públicos que la conforman. “Uno de los primeros canales que debemos destacar son los mercados y ferias libres”, dice Zúñiga. Y cómo no, si en India el 85% de la venta se realiza en mercados abiertos. “Al consumidor indio le gusta ir a estos lugares para mirar y comparar productos; por esta misma razón le siguen en orden los supermercados y las tiendas especializadas”.
Más atrás, pero pisando fuerte aparece el e-commerce. Durante la pandemia esta modalidad de compra experimentó un crecimiento explosivo, manteniéndose firme en la actualidad a pesar de haberse eliminado las restricciones sanitarias. “Hemos visto cómo la población se ha acostumbrado a comprar online, confiando en la calidad y compromiso de los proveedores, por lo que se cree que seguirá siendo un importante canal de comercialización en el futuro”, apunta la ejecutiva de ProChile.
Ya antes de la pandemia el kiwi se anotaba un hito en este ámbito. En 2018 se convirtió en la primera fruta chilena en promocionarse y venderse en BigBasket, la plataforma de comercio electrónico más grande de India, algo así como un Alibaba de los alimentos que cuenta con operaciones en más de 30 ciudades y supera los 6 millones de clientes. “Nuestra promoción hoy está muy orientada al importador, cadenas de distribución y retailers, para que conozcan el producto y sus propiedades, y se sientan con la tranquilidad de que lo van a poder manejar bien y hacer un negocio que garantice la rentabilidad de sus góndolas”, explica Carlos Cruzat.
Actualmente, el Comité del Kiwi trabaja de forma estrecha con las principales cadenas de retail de India, como Modern Bazaar, Pure Natural, KPN Farm Fresh, Star Bazaar, Lulu Hypermarket, Reliance Fresh y Traditional Retailers, donde se entrega folletería con las propiedades y beneficios del fruto.
Llegar al consumidor final es un trabajo más lento y complejo, sostiene Cruzat. “Requiere un tipo de marketing mucho más profundo, y lo que estamos haciendo en un mercado tan grande como este es aprovechar el potencial y alcance de las redes sociales a través de influencers”.
Reconocidas chef del país oriental, como Neha Deepak Shah y Meghna Kamdar (MeghnasFoodMagic) hoy promueven los atributos funcionales y posibilidades de consumo del kiwi chileno, llegando con sus publicaciones a millones de personas, principalmente del segmento joven. “Conectan con el público a través de mensajes que tienen que ver con su cultura, porque el kiwi es una fruta relativamente nueva en todos los países con excepción de China, Japón y Corea, que es donde está su origen (a Nueva Zelanda se introdujo recién a comienzos del siglo XX). En el resto del mundo nadie tiene una receta de la abuela que incluya kiwi, por lo tanto es un producto que hay que introducir en los gustos y preferencias de la población, y eso es difícil, toma mucho tiempo. Hoy al consumidor indio lo estamos cautivando más por salud que por sabor”.
LA CEREZA DEL PASTEL
Cuando se habla de potencial de crecimiento en el mercado indio, todas las frutas chilenas que se exportan actualmente al subcontinente aparecen bien aspectadas. Manzanas y peras hace rato son apetecidas por el público local; los kiwis, como vimos, aumentan día a día su demanda debido a sus atributos funcionales. Ciruelas, uvas y arándanos también comienzan a ser cotizados, mientras que las paltas aguardan su oportunidad. Pero probablemente ninguna tiene un futuro tan prometedor como la cereza, la “joya de la corona”.
Las cerezas chilenas, que una vez fueron un capricho ocasional, han logrado infiltrarse en las preferencias cotidianas de los consumidores indios. Su breve temporada de disponibilidad no ha sido obstáculo para que estos pequeños rubíes conquisten el mercado. La jugosa explosión de sabor que ofrecen ha llevado a muchos habitantes de Nueva Delhi y Mumbai a apreciarlas como un verdadero manjar.
Los envíos aún son incipientes, sí, pero las proyecciones alentadoras. La última temporada se exportaron 400 toneladas, es decir 80 mil cajas, prácticamente nada si se considera que Chile envió 83 millones de cajas de cerezas al mundo la temporada pasada. “La cereza tiene todo por crecer”, afirma categórico Iván Marambio.
El Comité de Cerezas ha estimado que la India es un destino insoslayable, y esta temporada, siguiendo el ejemplo del kiwi, está invirtiendo importantes recursos en promoción para estimular el crecimiento, dando continuidad a una campaña que se inició en 2020 bajo el slogan “Cherry-sh Every Moment”. El gran desafío ahora es desarrollar las ocasiones de consumo y hacer match con el consumidor indio, tal como se hizo en su momento con China.
Claudia Soler, directora ejecutiva del Comité de Cerezas, participó de la misión público-privada realizada en junio. El balance, asegura, fue más que positivo. Uno de los objetivos era verificar la existencia de una cadena de frío capaz de mantener la calidad de un producto tan sensible como lo es la cereza. “Pudimos comprobar que tanto en puerto como en mercados y ferias la cadena de frío está bastante asegurada por los importadores del rubro -como Anusaya Fresh- quienes durante la pandemia hicieron grandes inversiones en este ítem”.
En donde sí hay desafíos importantes es en materia logística. Actualmente no hay rutas marítimas directas, lo que hace que la fruta chilena tarde más de 50 días en llegar a destino. “Está la opción aérea, o bien combinar marítima y aérea, lo que permite que el producto llegue bien, pero se encarece la logística y en consecuencia el precio del producto, lo cual limita la demanda. Esto no es menor porque, por ahora, la mayoría de los consumidores indios no están en condiciones de pagar un precio premium”, explica Soler.
Actualmente en India las cerezas son un producto de alto valor, una especie de fancy food que se encuentra en tiendas exclusivas como Freshpik, de Reliance Retail, donde una caja de 125 gramos puede llegar a costar entre 4 a 5 dólares. Es decir, para comprar un kilo de cerezas el consumidor indio debe desembolsar unos 40 dólares. “Hoy existe demanda, pero en un segmento ultra top. La Por la cereza hoy existe demanda, pero en un segmento ultra top. Es un producto que gusta y en la medida que llegue más barato va a ser cada vez más popular”. Claudia Soler, directora ejecutiva Comité de Cerezas clase alta por ejemplo la regala en matrimonios e incluso en festividades como Diwali (entrada del año nuevo hindú, donde las grandes protagonistas son las nueces). Pero vemos que existe interés en la población, es un producto que gusta y en la medida que llegue más barato va a ser cada vez más popular y demandado”.
Desde ProChile coinciden en que el mercado indio ofrece un interesante potencial a la cereza chilena. Marcela Zúñiga explica que “aquí en la India las cerezas son un gusto adquirido, por lo que la gente está aprendiendo a disfrutarlas, algo similar a lo que ocurrió con el kiwi cuando este llegó al mercado, y que hoy resulta un producto con una alta demanda”.
El desafío ahora es incrementar este gusto adquirido. “Debemos mostrar formas de incluirla en su gastronomía, agregarla en distintos platos, postres, pasteles, realzar su forma y capturar la atención a través de la vista. India es un mercado muy tradicional, no solo en sus costumbres, sino también en lo que respecta a las comidas y sus sabores, por lo que ahora las cerezas deben encontrar su espacio en esta cultura”.
Y lo están haciendo, complementa Claudia Soler. “Hemos sido testigos de cómo los consumidores han comenzado a preferirlas, y los importadores indios están muy interesados en que desarrollemos el mercado en conjunto, lo que marca una nueva tendencia en el consumo de fruta chilena. Lo importante es que tenemos un producto extraordinario, entonces se debería crecer rápidamente si solucionamos el tema logístico”.
“Por la cereza hoy existe demanda, pero en un segmento ultra top. Es un producto que gusta y en la medida que llegue más barato va a ser cada vez más popular”. Claudia Soler, directora ejecutiva Comité de Cerezas
¿UN NUEVO CHINA?
Durante la misión de prospección, la delegación chilena no solo visitó importadores, mercados y retailers. Los restoranes fueron una excelente instancia para recoger información sobre los gustos y hábitos de consumo de la población local. “Tienen una gastronomía de primer nivel, muy sofisticada y exquisita”, relata Iván Marambio. “En los restoranes, de los 15 platos que te ofrecen 12 son vegetarianos”, como esa delicatessen llamada Malai Kofta, auténtica muestra de un ingenio culinario que cautiva con su seductora combinación de sabores y texturas.
Además de esta fuerte inclinación por una alimentación saludable, el presidente de Asoex destaca la valoración que le asigna el consumidor indio a la calidad de los productos. “La calidad los seduce mucho, por eso tenemos que hacer todos los esfuerzos para llegar con nuestra mejor fruta al consumidor final. Y ahí cobra una enorme relevancia la logística interna, especialmente la cadena de frío”.
“No estamos pensando en que India va a ser un nuevo China. India es un mercado por sí solo, con un tremendo potencial que tenemos que desarrollar”. Iván Marambio, presidente Asoex
“Los consumidores indios se comportan cautelosos a la hora de analizar la calidad, comparar su valor agregado y evaluar detalles como color, tamaño e incluso packaging”, acota Marcela Zúñiga. “En el caso de las frutas frescas, la atención está puesta en la funcionalidad del alimento, ya que requieren que sea saludable, por lo que se busca un equilibrio entre este atributo y un precio razonable. Aquí se hace indispensable la estrategia de fidelización con los consumidores, ya que el cliente indio valora mucho la experiencia personal. Si esta es buena, buscará adquirir el producto nuevamente. Por el contrario, si no es buena, el trabajo para cambiar su percepción será todo un desafío”.
Con todos los elementos sobre la mesa, todo indica que la oferta chilena, si logra sortear el factor logístico, tiene grandes posibilidades de conquistar el mercado indio.
¿Un nuevo China? “Las comparaciones son odiosas”, lanza Iván Marambio, poniendo paños fríos a cualquier idea de entusiasmo desmedido. “No estamos pensando en que India va a ser un nuevo China. India es un mercado por sí solo, con un tremendo potencial que tenemos que desarrollar, y para lo cual nos tenemos que poner metas de corto plazo. Creo que la primera debiera ser duplicar el actual volumen de frutas que exportamos, es decir pasar de 50 a 100 mil toneladas. Y eso creo que podríamos alcanzarlo en un plazo de 5 años”.
Para Claudia Soler, más que convertirse en un nuevo China, India podría absorber una parte del crecimiento productivo que se proyecta para la cereza chilena, “pero India y China son países y culturas distintas, son consumidores distintos”, aclara. “Por otra parte, si bien son 1.400 millones de habitantes, entre 50 y 300 millones son nuestro target. Vamos a trabajar fuerte en desarrollar el mercado indio, sí, pero en términos de inversión en promoción China va a seguir siendo nuestra prioridad. Más atrás viene Estados Unidos, Corea y en cuarto lugar India. Le estamos poniendo fichas, pero queremos ir de a poco, paso a paso, para desarrollar la demanda e ir evaluando cómo va funcionando la logística. Y en base a eso seguir creciendo”.
En opinión de Iván Marambio, “si hacemos un buen trabajo, ponemos a disposición del consumidor indio buenos productos, y al mismo tiempo trabajamos nuestra imagen, el mercado se irá expandiendo con toda seguridad, y vamos a tener un gran destino para nuestra fruta en el futuro. Eso en lo que respecta a los exportadores, porque también hay importantes desafíos de carácter político”, plantea el líder de Asoex.
En 2007 Chile se convirtió en el primer país latinoamericano en firmar un acuerdo comercial con India, todo un logro considerando que la nación asiática durante años fue una economía cerrada al comercio global.
Una década más tarde la ampliación de este acuerdo fortaleció la tendencia al alza en el intercambio entre ambos países. Sin embargo, al poco andar se advirtió la necesidad de una vinculación económica más profunda.
Como país que protege fuertemente su producción, India aún mantiene aranceles elevados. La manzana -fruta chilena que más se exporta a la India- tiene un 50%, mientras que el kiwi, que se ubica segundo, tiene un 16,5%. Ambos, por su alta durabilidad, son considerados competidores directos de la producción local. En el otro extremo, la cereza goza de arancel cero, básicamente por ser producto de contraestación y no competir con la pequeña producción india que se consume entre mayo y junio.
“Actualmente con India tenemos un acuerdo preferente. A lo que nosotros aspiramos es a ampliar este acuerdo o ir directamente por un tratado de libre comercio”, señala Iván Marambio. “La primera opción es más limitada, pero de trámite más rápido, mientras que un TLC si bien podría plantear mayores beneficios, implica un camino más largo y en consecuencia tomará más tiempo. Entonces, el gobierno deberá evaluar y decidir estratégicamente qué alternativa es la más conveniente”.
“De cualquier forma, tenemos que mejorar nuestra posición”, agrega el presidente de los exportadores de fruta. “Es una tarea prioritaria, porque países competidores de Chile en materia agroindustrial, como Australia, ya tienen acuerdos bilaterales con India mejores que el que tenemos nosotros”.
En efecto, el año pasado, tras una década de negociaciones, la India y el país oceánico firmaron un acuerdo de libre comercio integral que permite el comercio sin aranceles en una amplia lista de productos, entre los que se cuentan los productos agrícolas. Estados Unidos en tanto, en los últimos meses ha intensificado las conversaciones con el primer ministro indio Narendra Modi, con miras a profundizar la cooperación bilateral, así como las relaciones comerciales entre ambas naciones.
“Esperamos que podamos avanzar en esta materia, pero, de cualquier manera, hoy existe una decisión formal de la industria frutícola chilena de aproximarse a la India con una nueva vitalidad para incrementar nuestro volumen de venta en este mercado. El potencial es real y vamos a abordarlo”, concluye Iván Marambio.
Ajenos a las tratativas diplomáticas, en el hervidero de Azadpur y en los exclusivos restoranes de Delhi, Mumbai y Bangalore, los consumidores indios, a través de sus sentidos y sin siquiera sospecharlo, profundizan una alianza cultural entre dos naciones separadas por dos océanos y 17 mil kilómetros de distancia, saboreando con cada bocado un romance que promete perdurar en el tiempo.