Entusiasmo, pasión por lo que hace y un gran sentido del humor, es lo que transmite Arturo Medina, gerente general de ProHass, desde el primer contacto para coordinar esta reunión online. Un gran conversador, que sin embargo no suele dar entrevistas y que decidió acceder en esta oportunidad por el feeling que tiene con esta revista, en la que de alguna manera estuvo presente desde sus inicios.
Su llegada a la agroindustria fue casi por casualidad. Guiado por la necesidad de encontrar otra opción laboral, se presentó a una entrevista en las oficinas de ProHass. De eso han pasado más de 20 años. “Una muy buena amiga, ligada al agro, me avisó que estaban necesitando un administrador en una asociación de productores de paltas. Era una agrupación joven y en 2001 la agroexportación no era lo que es hoy. Yo venía del sector de la construcción y tenía esa imagen del agricultor antiguo, con su alforja, sombrero de ala ancha… de un hombre del campo tradicional. Sentí mucha curiosidad por el tema. En esa época, como la gran mayoría de la gente, no conocía lo que era la palta Hass, solo la llamada palta fuerte, que comíamos en nuestro famoso pan con palta; menos sabía que se estaba sembrando esa variedad para exportarla. Y dije, vamos a ver qué tal me va”.
Recuerda que lo recibió el ingeniero Bruno Carlini, en ese entonces presidente de ProHass, quien lo entrevistó junto a cuatro personas. No eran los agricultores con los que imaginaba encontrarse. “Estos hombres del campo, ¡son empresarios!, fue lo primero que pensé. Y sucedió algo que me gusta mucho hacer: nos pusimos a conversar. Después de 45 minutos hablando de distintos temas, me preguntaron si me quería quedar a trabajar con ellos. Y comencé al día siguiente”, relata.
Bachiller en contabilidad de la Universidad Nacional del Callao, en sus planes iniciales no estaba la educación superior. No por falta de interés, sino porque antepuso a su familia por sobre sus intereses personales. En aquella época vivía con sus padres y sus dos hermanos. “Vengo de una condición muy humilde, cuando terminé el colegio -Salesiano Don Bosco del Callao- no tenía otra opción que trabajar, porque en mi casa faltaba alguien que apoyara para pagar las cuentas. Estudiar era algo muy lejano. Postulé a la universidad porque un buen amigo me motivó a hacerlo. Nunca me voy a olvidar cuando llegué a mi casa después del trabajo, era empleado de seguridad de 7 de la tarde a 7 de la mañana, y compartí esta sorpresa y alegría con mis padres. Ellos no sabían que había postulado”, rememora.
Medina confía en que logrará unir fuerzas con productores y exportadores a nivel regional, para posicionar a la palta Hass en los mercados internacionales.
Arturo pasó su niñez y juventud en el Callao, identificándose con el puerto del Perú como un “chalaco marisquero”, como él se describe. Su primera experiencia laboral en su profesión fue en Lima y confiesa que se sentía como un provinciano llegando a la capital, ya que era la primera vez que se alejaba de su tierra natal. Melómano, amante del buen vino, de los viajes, de su familia y un agradecido de las oportunidades que le ha dado su trabajo. De su trayectoria en la industria destaca que “hay algo muy satisfactorio en el agro, que hasta enorgullece, y es que estás en un sector al que has visto nacer, crecer, desarrollarse y sobre todo que da trabajo a mucha gente, a cientos de miles de familias, que las ha sacado de la pobreza, que les ha dado mayores oportunidades. Reconforta saber que desde el trabajo que hacemos se contribuye a su desarrollo y bienestar. Llena de felicidad saber que eres parte de todo esto”.
ABRIENDO MERCADOS
¿Cómo fueron los inicios en ProHass?
Este sector te engancha, conoces a gente realmente increíble. Desde que estoy en este gremio, han pasado cinco presidentes en ProHass y 11 consejos directivos. Al comienzo, cuando se formó en febrero de 1999, era una agrupación pequeña, integrada por 11 empresas o personas naturales. Ahora sumamos 77 empresas entre productores y exportadores y representamos alrededor del 60% de la palta Hass que se exporta desde el Perú a todo el mundo. Hemos crecido muchísimo, estamos aquí para atender a los asociados, tenemos 77 jefes, todos requieren la misma atención, y una de las cosas que me alegra es sentir que cuentan con nosotros.
El principal reto que me encargaron al ingresar fue lograr el acceso fitosanitario de la palta Hass peruana a los EE.UU., país que en esa época solo recibía esta fruta de México y Chile. Lo gracioso o anecdótico es que yo no conocía el sector, estaba tan en cero que pensaba que las paltas crecían como las yucas (bromea). Afortunadamente yo vivía cerca y venía a la oficina los sábados y domingos a leer, a aprender.
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