“Las Piedras del Hambre”
EDITORIAL

“Las Piedras del Hambre”


Gustavo Yentzen Wilson Director Visión Frutícola

Los efectos se vieron al corto plazo: se cosechó muy poco trigo, las frutas se secaron en los árboles, el calor era tal que los trabajadores agrícolas colapsaban mientras trabajaban en los campos, y en los ríos, los caudales eran tan bajos, que ni siquiera lograban hacer girar los molinos para moler los pocos granos cosechados. Las consecuencias fueron dramáticas: el precio de los cereales y del pan se dispararon y se desato una gran hambruna. Tan impactante debió haber sido que la gente – en diversas partes de Europa – talló en las piedras que por primera vez veían expuestas de la base de los ríos, la frase: “Si me ves, llora”. Esas piedras pasarían a llamarse las “piedras del hambre” – un claro mensaje a las generaciones futuras sobre las consecuencias de la sequía y la falta de agua.

Esa fue la peor sequía en la historia europea… hasta ahora. Este 2022 las “piedras del hambre” volvieron a aparecer en el fondo de los ríos. Europa sufre en estos momentos una muy fuerte sequía – hasta se comenta que es una de las peores en quinientos años. Sí, desde 1539/1540. La ausencia de precipitaciones y las temperaturas récord nuevamente han dañado cultivos, la reducción de las napas freáticas obligaron a drásticas restricciones de agua y el calor abrazador remató la situación causando devastadores incendios forestales. Los datos hablan por sí solos: los niveles de embalses y ríos han caído a mínimos históricos. Julio fue el mes más seco registrado en Francia y el mes más caluroso en Inglaterra y España desde que hay registros.

Mientras Europa sufre las consecuencias que trae esta ola de calor, en Latinoamérica y particularmente en Chile, llevamos más de 15 años lidiando con una sequía tan prolongada que ya se cataloga de “megasequía”. Peor aún, hoy se la considera “estructural” – vale decir será nuestro “new normal”. En este sentido es que iniciativas como el Agricultural Water Summit – evento dedicado al agua y su manejo en la agricultura, que se realizó en Chile en agosto recién pasado – posee una importancia vital. Permitió por primera vez reunir a todos los actores relevantes del sector: toda la experiencia que personas, empresas y países han adquirido en cómo enfrentar la escasez hídrica para así, de manera conjunta, encontrar soluciones al desafío de nuestra industria.

En este escenario global de inestabilidad climática, debemos asumir que la agricultura del hemisferio sur tendrá un rol aún más relevante en el abastecimiento de alimentos para su par del norte, sacudido por esta ola de calor devastadora.

Las piedras del hambre continuarán apareciendo, por eso debemos más que nunca incorporar el intercambio de miradas y experiencias, desde todos los sectores, sin miramientos ni distinciones, como la base de la solución de nuestros problemas. Enfrentando el desafío de manera conjunta, lograremos que estas piedras no sean parte de nuestra nueva normalidad.

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