Conocido tradicionalmente como uno de los mayores productores de café del mundo, Colombia ha pasado
de ser un jugador emergente en lo que ha producción de paltas respecta, a consolidarse como uno de
los principales productores y comercializadores de Latinoamérica. En los últimos 5 años su producción creció en 89%, como un efecto combinado entre el aumento en la superficie cosechada (62%) y el rendimiento (17%). Las razones van desde el mayor consumo que se observa de esta fruta a nivel mundial hasta el mejoramiento de procesos productivos. A esto se suma la participación de productores extranjeros, que se han aventurado a expandir sus cultivos a tierras colombianas.
De acuerdo al último reporte del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria -UPRA de las Evaluaciones Agropecuarias – EVAS publicado en mayo de 2022, Colombia hoy cuenta con un área sembrada de paltas que supera las 54.800 hectáreas, de las que 37.300 se encuentran en etapa productiva. En cuanto a su crecimiento, las proyecciones apuntan a que en 2022 se exportarán 115.600 toneladas de palta hass y esperan un incremento estimado del 20% con respecto al año anterior, de acuerdo a cifras de la Corporación de Productores y Exportadores de Aguacate Hass de Colombia (Corpohass).
Pero no solo en Colombia ha crecido la producción de palta. El informe de Perspectivas Agrícolas 2021-2030 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), reveló que la palta será el alimento más comercializado para en el 2030 y se prevé que la producción alcance los 12 millones de toneladas para 2030, más de tres veces su nivel en 2010. En este escenario, Colombia juega un rol clave en Latinoamérica.
¿Qué factores han impulsado este ascenso del mercado colombiano de paltas y en qué radica su atractivo? La creciente expectativa en torno al sector, el aumento del consumo, el ingreso a nuevos mercados de exportación, la promoción de nuevas siembras y el mejoramiento de los procesos productivos en la cadena, son algunas de las que destaca información entregada por Procolombia, agencia gubernamental que promueve las exportaciones del país.
Y es que Colombia ha llamado la atención de inversionistas y compañías extranjeras dedicadas al cultivo de paltas -entre las que se encuentran firmas chilenas y peruanas- que ven en el país una oportunidad de producción, ya que su ubicación geográfica, el clima, acceso a mano de obra y agua, son variables determinantes en medio de la incertidumbre política y económica que impacta a la región.
Hoy Colombia envía sus paltas a más de 30 países y ha logrado posicionarse como el principal proveedor de la variedad Hass en Europa, incluso por encima de exportadores tradicionales como México y Chile. Una de sus principales ventajas competitivas está en su ubicación, la cual entrega cercanía y tiempos de transporte más rápidos a destinos como EE.UU. y Europa. Jorge Restrepo, director ejecutivo de Corpohass, explica que “la ubicación geográfica ofrece la posibilidad de contar con disponibilidad de fruta para la exportación los 12 meses del año, lo que permite complementar las diversas ventanas de producción de otros países productores”.
José Miguel Fernández, fundador y gerente general de la empresa chilena Sembrador Capital, plantea que
“Colombia es un país atractivo para la inversión, porque tiene aptitudes de producción para ciertos frutales.
En particular en lo que respecta a las paltas, se ha desarrollado una industria pujante y que tiene grandes proyecciones”. Destaca además que “para los retailers, es importante contar con distintos orígenes de sus productos, por lo tanto, ven con buenos ojos tener diversificados los países de donde vienen los productos”.
Otro factor que juega a favor del mercado colombiano son los costos de producción. “En Colombia es mucho más barato producir, ya que hay buena mano de obra y está más cerca de los mercados. La estacionalidad también es adecuada. Desde ese sentido Colombia puede ser un muy buen lugar para producir”, sostiene Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut.
Juan Carlos Paredes, presidente de la Asociación de Productores de Palta Hass del Perú (ProHass) destaca que existen numerosos beneficios de apoyo a la inversión que hacen atractivo al mercado colombiano, “la ventana natural que se obtiene es muy buena, ya que corresponden a los meses noviembre y diciembre, con lo cual podría ser un jugador importante en el mercado mundial”.
El clima es otro tema que se destaca, ya que permite que el país no requiera sistemas de riego en varias zonas de producción. La oferta agroecológica de Colombia favorece el desarrollo del cultivo, ya que las zonas productoras cuentan con regímenes de lluvia acordes con las demandas fisiológicas del árbol y la biodiversidad de polinizadores nativos, se convierten en un servicio ambiental fundamental para garantizar la sostenibilidad de la producción de la palta.
A nivel social, las comunidades y trabajadores del campo cuentan con cultura de trabajo en el cultivo, lo que permite una buena disponibilidad de talento humano vinculado al sector, por sus índices de formalidad laboral. “En el caso de los mercados, gracias a la Diplomacia Sanitaria se han abierto 7 nuevos mercados en los últimos 5 años”, afirma Restrepo.
LA APUESTA PERUANA EN COLOMBIA
Una serie de empresas peruanas han incursionado en tierras colombianas durante los últimos años, buscando ampliar su producción. Una de ellas es Camposol, compañía agroindustrial que lidera el mercado de Perú, la que después de varios años de prospección llegó a Colombia en 2017, año en que se compró el primer campo.
“Al ser el cultivo de palta hass relativamente nuevo en el país, los desafíos fueron múltiples: la complejidad
topográfica de las zonas aptas para el cultivo y la selección de los campos con sus distintos suelos y condiciones climáticas; el tamaño de los campos disponibles, lo que definió el adquirir múltiples áreas en distintas regiones en vez de un sólo gran campo (con la logística que implica); la poca disponibilidad de material vegetal de la calidad y en la cantidad necesaria para atender proyectos de siembra grandes; también el comprender la complejidad de la legislación ambiental colombiana. Todos estos son aspectos que requirieron una curva de aprendizaje”, explica Carlos Montañez Madriñan, gerente país Colombia
de Camposol.
«Las condiciones para el cultivo de la palta son buenísimas, eso ha ocasionado que tenga una explosión de crecimiento, para posicionarse rápidamente como un productor muy importante en la región. La industria va a tener un proceso de maduración muy rápido”.
Daniel Bustamante, Agrícola Cerro Prieto.
Este año esperan exportar un poco más de 3.000 toneladas de palta –la mayoría de sus cultivos están
entrando a producción- pero esperan seguir creciendo hasta llegar en un plazo de siete años a aproximadamente 40.300 toneladas. “A Colombia llegamos con una visión de largo plazo, para quedarnos en el país, conscientes de los retos y de las grandes oportunidades”, afirma Montañez Madriñan. Destaca también que la experiencia “ha sido desafiante y de constante aprendizaje, falta mucho por investigar respecto a nutrición, portainjertos adaptados a los suelos y clima, podas, manejo integrado de plagas
y enfermedades, comportamiento de los productos fitosanitarios en distintas condiciones climáticas, solo para indicar algunos puntos que generan inquietud, y a partir de lo cual se están desarrollando los paquetes tecnológicos para sus condiciones únicas. También existen desafíos en postcosecha, infraestructura de packing y frio, logística refrigerada, y mayor desarrollo portuario para el manejo de carga refrigerada. Esos mismos desafíos son las grandes oportunidades que ofrece el país”.
Agrícola Cerro Prieto es otra compañía peruana que se sumó a esta incursión en tierras tradicionalmente cafeteras. Si bien trabajan con la industria colombiana desde 2016, en 2020 establecieron operaciones en el país. Agrícola Cerro Prieto cuenta con dos campos en Caldas y uno en Antioquía. Se encuentran en plan de siembra –con 300 hectáreas hasta ahora–que culminará a finales de 2023, con 1.000 hectáreas.
“El propósito para nosotros de invertir en Colombia es poder cerrar el ciclo de abastecimiento a los mercados. En 2023-2024 comenzaremos a producir comercialmente y se planea a largo plazo producir cerca de 20.000 toneladas hacia el 2027, con destino a Asia, Europa y EE.UU.”, explica Daniel Bustamante, gerente comercial corporativo de Agrícola Cerro Prieto. “Colombia está creciendo muy rápido. Las condiciones para el cultivo de la palta son buenísimas, eso ha ocasionado que tenga una explosión de crecimiento, para posicionarse rápidamente como un productor muy importante en la región. La industria va a tener un proceso de maduración muy rápido”, afirma.
Un tema clave es la Ley de Promoción Agraria, aprobada en 2020 y que modificó el escenario agrícola de Perú. En esa línea, Bustamante indica que “le resta competitividad al sector. Nuestra decisión la tomamos antes de que ocurrieran estos cambios, por un tema más estratégico de abastecimiento. Pero hay ciertos aspectos que le quitan atractivo al sector o le ponen en una posición menos ventajosa”.
Otra empresa que está apostando por Colombia es Agropecuaria Pamajosa, conocida por ser una empresa internacional familiar productora y comercializadora de frutas. Esta compañía peruana llegó a Colombia en 2017, año en el que compró el primer campo con 250 hectáreas, de las que van 90 sembradas, en la zona de Sonsón, ubicada en el departamento de Antioquia. Si bien aún no están exportando directamente, trabajan con comercializadores que tienen packing y compran a otros productores.
Su gerente general, Mateo Galdos, explica que “algunos de los principales pros son las condiciones del
terreno, ya que son suelos que aportan al cultivo y además las lluvias son en gran parte del año, lo que permite regar el cultivo sin tener sistema de riego. En cuanto a costos, no es como Perú que sembramos en el desierto y todo el aporte nutricional de la planta tienes que dárselo por un sistema, sino que el suelo en Colombia aporta el riego”.
En cuanto a la Ley de Promoción Agraria, Galdos señala que “la ley es una desventaja para Perú ya que irá
perjudicando a la industria, lo cual es una de las principales razones porque la gente va a mirar a los vecinos, evaluar en qué lugar les conviene expandirse. Con el escenario político que tenemos, hay que ser muy conservador con los proyectos que tenemos en Perú. Creo que Colombia será una alternativa a considerar antes de evaluar un proyecto en nuestro país”.
«Colombia se ha posicionado como un muy buen lugar para invertir en el sector agroindustrial. Su variedad de climas, tierras, institucionalidad y otros factores, han potenciado a Colombia como un lugar atractivo para la inversión, no solo en el ámbito aguacatero, sino que también en diferentes productos agrícolas”.
Pedro Jaramillo, San José Farms.
LA AVENTURA CHILENA EN EL PAÍS TROPICAL
La empresa chilena agrícola San José Farms –que cuenta con presencia en Perú, México, Colombia, Estados Unidos y Europa– se ubica como unas de las firmas líderes en la compra de tierras para plantar paltas Hass en Colombia. Ahí participa del mercado como Baika Colombia, comercializadora y exportadora creada en 2010, cuyas actividades empezaron en enero de 2019, aunque el proceso de evaluación del proyecto, que implicó visitas técnicas y otros, comenzó en 2017.
Para Pedro Jaramillo, gerente general de San José Farms, “estos ya casi 3 años de operaciones en
Colombia, ha sido una muy buena experiencia que nos ha llevado a posicionarnos como uno de los principales exportadores del país, por lo que esperamos poder seguir construyendo confianza con el productor colombiano y así seguir posicionando a Colombia como un proveedor fiable en el mercado mundial de la palta”. Actualmente cuenta con más de 600 hectáreas plantadas en diferentes fases de producción y pisos térmicos (plantaciones en distintas alturas), de las que 100 ya están produciendo, de forma tal que pueden asegurar producción los 12 meses del año. “Nos hemos puesto como meta plantar un total de 1.000 hectáreas de aquí al año 2025 en Colombia.
Actualmente nuestra producción se centra en Salamina (Caldas), Calarcá y Génova (Quindío)”, afirma el ejecutivo. “Así mismo, esperamos lograr exportar al 2030 desde Colombia cerca de 25.000 toneladas anuales entre palta propia y de terceros, considerando las dos floraciones que tiene el país abarcando prácticamente todo el año”.
Jaramillo destaca que “con los años, Colombia se ha posicionado como un muy buen lugar para invertir en
el sector agroindustrial. Su variedad de climas, tierras, institucionalidad y otros factores, han potenciado a
Colombia como un lugar atractivo para la inversión, no solo en el ámbito aguacatero, sino que también en diferentes productos agrícolas”.
Agrícola Ocoa, con 40 años de trayectoria, decidió enfocarse durante los últimos años en las paltas y crecer
a través de este cultivo en dos centros de producción, Chile y Colombia. El primer campo lo compraron en 2015 y comenzaron a sembrar en 2016 paltas hass en zonas como el Valle del Cauca, en Roldanillo y Urrao, un pequeño valle a cuatro horas de Medellín, la capital de Antioquia.
En 2018 ya estaban cosechando. Andrés Ramírez, director de Agrícola Ocoa, explica que decidieron invertir en Colombia por un tema de limitaciones en Chile, especialmente por el tema del agua.
“La sequía ya lleva un buen tiempo causando problemas. Salió la posibilidad de Colombia, donde el clima es distinto y había oportunidades interesantes respecto a costos y
logística”.
“En términos agronómicos nos llamó la atención el clima que tienen, las precipitaciones que son parejas
durante todo el año. La calidad del suelo es de gran valor, el enfoque agrícola que tiene la gente, las personas en los pueblos rurales tienen mucha pasión por la agricultura”, agrega Ramírez. Junto con lo anterior destaca que “Colombia es uno de los países que tiene mayores proyecciones en términos de producción de palta en Latinoamérica. En cuanto a proyección de tasa de crecimiento, está sobre Perú y Chile”. Sobre sus nuevos proyectos, explica que “estamos potenciando el crecimiento del vivero mediante inversiones que apuntan a consolidar la buena calidad en plantas de semillas, y en el último tiempo, estamos produciendo plantas clonales, lo que creemos será una evolución clave para mejorar la capacidad productiva en los próximos años. Queremos crear en el vivero una unidad comercial y salir ofrecer una planta de buena calidad a la industria”.